11 jul. 2025

Probidad

Benjamín Fernández Bogado – www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com

La verdadera razón que sostendrá la democracia en nuestros países es la calidad de gestión de los gobiernos y funcionarios. Si estos por corrupción, ineptitud, chapucería e inutilidad no hacen lo que deben o lo hacen mal perjudicando vidas y haciendas, este sistema político tiene sus días contados.

La gran épica es hacer que los gobiernos estén a la altura de las ambiciones de la gente y que cumplan el mandato de la ley. No hay otra salida para esto. Por todo eso es tremendamente preocupante observar el escaso énfasis que se hace en la probidad de quienes deben llevar adelante los negocios del Estado. La Constitución habla de idoneidad como requisito fundamental para esto. Sin embargo, salen unos malos, entran otros peores, y así sucesivamente como desoyendo el mandato de estos tiempos, el de hacer bien las cosas.

El ingreso a prisión del ex fiscal general del Estado y su temor a enfrentar la misma Justicia de la que fue parte o la escena denunciada de un ex ministro de Corte, como Bajac, contando los billetes que le entrega una desahuciada víctima de un despojo, son una síntesis del tremendo daño que hacen los malos a nuestra democracia.

Estos corruptos son los principales aliados de los fascistas que terminan castigando el sistema para recrear de nuevo la miseria de sus pueblos como lo viven hoy los venezolanos, nicaragüenses, argentinos o brasileños. Fueron muy eficaces para robar no solo el dinero de todos, sino y, fundamentalmente, sus esperanzas.

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Entre nosotros, el nuevo Gobierno ha insistido en personas absolutamente con final conocido. Por eso es precisa una normativa que establezca una oficina que repase los antecedentes de cada uno de los funcionarios nominados para ciertos cargos. Si aparecen sus nombres entre acusados, imputados, condenados o sospechosos de todo eso, sus nombramientos deberían ser cancelados. En inglés se llama al procedimiento clearing (o proceso por el cual se escanea la vida de una persona para ver si es digna de un cargo).

En Suecia tienen una organización de más de doscientos años que se llama Kronofogden, donde cualquier burócrata tiene temor a dejar sus huellas porque significará su expulsión inmediata de la confianza para un cargo.

Aquí, entre nosotros, hay gente que ha bloqueado el acceso a sus datos en Informconf por el temor a que salten sus referencias. Si por no pagar un mes de teléfono pasan sus datos a esta oficina que le impide realizar un montón de cosas a cualquier sujeto, ¿por qué no deberíamos acceder a los informes sobre nuestros administradores? Antes que currículum tienen frondosos prontuarios y luego nos asombramos de sus actos de sinvergüencería cuando debería haber sido evitado su ingreso a cargos públicos por este procedimiento.

Aunque se deban favores de campaña, el objetivo de un buen gobierno es evitar los actos de corrupción. Este Gobierno debe liderar un proceso de limpieza impulsando una normativa que frene las ambiciones de los corruptos.

Recuerdo una anécdota simpática para concluir. Una vez le dimos dinero a una persona para que comprara unas empanadas. Vanamente esperamos que viniera con la encomienda que nunca ocurrió. Luego de una semana lo volvimos a encontrar y le reprochamos el incidente, a lo que él nos respondió: “¿Cómo pudieron darle dinero a un tipo como yo? ¿Ustedes no sabían quién era?”. Nos miramos entre los tres y asentimos que tenía razón y lo estúpidos que fuimos para confiarle nuestro dinero y esa misión.

Ley de probidad para chequear a cada uno de los miles de funcionarios no deja de ser una idea razonable. Solo espero que no acabe como el polígrafo de los policías.