Otro de los factores que influyó para la poca producción local es el aluvión de pan dulce, especialmente, de industria brasileña, que inundaron este año el mercado nacional y que coparon las góndolas de las grandes cadenas comerciales, según comentó Dagogliano.
Este punto fue secundado por Carlos Fontclara, otro empresario del sector panadero, quien indicó que no se puede competir con la producción de un país como Brasil, que elabora panes dulces para alrededor de 100 millones de consumidores, frente a la producción local, que no llega ni a dos millones de personas.
Fuerte competencia. Dagogliano, entretanto, también citó a las grandes cadenas minoristas, que cada vez están absorbiendo más a la producción panadera local y contribuyendo con el cierre de las marcas más tradicionales del sector, en el país.
“Y la verdad que los panaderos no estamos vendiendo bien nuestra producción de pan dulce este año, a causa de la alta introducción de pan dulce brasileño, que superó a los provenientes de la Argentina. Especialmente, los supermercados llenaron sus góndolas con estos panes dulces, pues prefieren los de marcas extranjeras por sobre la producción nacional”, se quejó el productor panadero.
Indicó que la alta cantidad de pan dulce extranjero más los altos costos de los ingredientes necesarios para su elaboración se suman entre los motivos que contribuyeron a que las panaderías locales bajen ostensiblemente su producción.
“Esta situación nos viene muy mal en este momento, porque con la venta de los pan dulces, los panaderos recaudábamos para el pago del aguinaldo a nuestros trabajadores, algo que ya no es posible con la escasa venta, por lo que tenemos que buscar otras formas de obtener los recursos para pagarles este beneficio”, explicó,
Dagogliano anunció que él mismo cerrará definitivamente, a fines de este mes, las puertas de su panadería, Maná, e indemnizará a sus diez trabajadores, que quedarán sin el sustento diario, debido a que ya no puede mantener el negocio.