03 feb. 2025

Productoras buscan mantener el uso y los sabores del avati

Mujeres campesinas e indígenas llegaron hasta la capital para una gran comilona. Platos conocidos y otros más raros se degustaron en la plaza De los Héroes. Rechazaron el cultivo del maíz transgénico.

vendedoras del avati

Por Patricia Figueredo

pfigueredo@uhora.com.py

Maíz, coco y maní. Todo esto, bien molido hace al hu’iti kirirî. ¿Y por qué se llama así?, pregunta alguien. “Es que hay que comer calladitos por no ndepyty haguã, así que kiririmî re’uva’erã", responde doña María Cirila Alen.

Ella y otras mujeres campesinas e indígenas productoras compartieron ayer en la Comilona avati diversos platos a base de maíz. Muchos de ellos conocidos y otros poco consumidos en la zona urbana.

“Ko’agã la mitã pyahuvéva ja ndoikuaaveima ko'ã tembi’u ha ore upea ropu'ãse jey, roikuaakase jey pe yma ro’uva’ekue”, comentó Victoria Romero, quien aprovechó el día para cocinar mbeju y servir a los que pasaron por el lugar.

La plaza De los Héroes fue el escenario donde una variedad de comidas como sopa, sopa so’o, mbeju mestizo, vori vori, chipa, entre otras, congregaron a varias personas del centro de Asunción.

ATRACTIVOS. Los adultos ponderaron la oportunidad de poder degustar esos sabores tan nuestros que no se consumen con tanta frecuencia, y los más jóvenes aprovecharon la ocasión para conocer aquellas comidas que nunca habían escuchado.

A Clara López -por ejemplo- le llamó la atención la torta de maíz y se acercó a las productoras que habían horneado varias fuentes para comercializar en la comilona y averiguar qué ingredientes tenía.

Florencia Duarte contó la receta de este bizcocho dulce que tiene “una docena y media de huevo casero, un litro y medio de leche, un kilo de harina de maíz, otro kilo de azúcar y polvito para hornear”.

Esto al igual que el hu’iti kirirî se puede tomar con leche, cocido, café o solo. Bien puede servirse como postre o como desayuno o tal vez merienda, explicaron.

MÁS NUTRICIÓN. En todo momento, las expositoras resaltaron que el maíz -uno de los principales alimentos de la comida paraguaya- es sumamente nutritivo, mucho más que las comidas chatarras que se comen por ahora y “sirve para la cabeza”, según el arandu ka’aty de doña Florencia.

“Ore rocomparti ore familiandi tembi’u ndehéva ha chéve guarã iñalimentove. Jopara, kaguyjy, rora kamby rojapo ymáme ha ko'ãga peve romantenese”, relató doña Victoria.

Así también compartió otras tantas recetas donde resaltaba la utilización del maíz y, en todo momento, reivindicó la importancia del consumo de este grano tan preciado dentro de nuestra gastronomía.

Lo que arrancó a las 8.00 de la mañana, trayéndole el desayuno a muchos asuncenos, fue hasta el mediodía, brindando otros platos más suculentos para el almuerzo.

Los carbones que daban calor a los braseros que cocinaron algunos platos en la plaza se fueron apagando pasado las 12.00, y muchos de los que participaron de la comilona expresaron su deseo de que se enciendan nuevamente al menos una vez por mes para seguir saboreando lo nuestro.

EN DEFENSA DEL MAÍZ LOCAL Y CRIOLLO

Las productoras campesinas e indígenas buscaron con esta iniciativa concienciar sobre la conservación de las variedades del maíz criollo, además de alertar sobre el peligro de su desaparición, ante la liberación del cultivo de maíz transgénico.

“Ore rojerure la ojerespeta haguã la ore semilla desde las instituciones que corresponden. Avati ha’e la alimento fundamental de los paraguayos”, señaló Nicolasa Trinidad.

En la Comilona avati participaron la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Conamuri), la Organización Campesina Regional Concepción (OCRC), la Central Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Populares (Cnocip) y la Asociación de Agricultores Oñondivepa (AAO) y la organización no gubernamental Oxfam.

Estas organizaciones resaltaron que los cultivos transgénicos generan producción, pero no semillas para sembrar el próximo ciclo, por lo tanto su siembra y consumo están condicionados cada año al uso de un paquete tecnológico.

Así también manifestaron su total rechazo al cultivo de semillas transgénicas por el riesgo de perder la diversidad de maíz nativo, como resultado de la contaminación genética.