“Y hasta ahora no hay liberación de cargas. Pero ese fue el acuerdo en que quedamos en forma verbal nomás de esos 40.000 kilos que llegamos a acuerdo con que iban a comprar los importadores, pero no compraron hasta ahora”, lamentó.
Adelantó que para el lunes tienen previsto volver a Asunción a fin de presentar documentos y volver a reunirse con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
“Hasta ahora algunos productores están liberando su producción a G. 2.000 el kilo, pero aquellos que tienen en cantidad ya no pueden liberar, ya que no hay más compras grandes. Y hay muchas pérdidas, es una pérdida de precios y una pérdida de producción. Si se vende a G. 2.000 nomás ya es una pérdida de casi 80%”, advirtió.
Igualmente, Silvio Riveros, presidente de la Unión Nacional de Productores Frutihortícolas del Paraguay, aseguró a ÚH que la misma situación están padeciendo los miembros de su nucleación.
“No se compró y todo es tercerizado otra vez, no se compra del productor. Quieren pagar G. 3.000 por kilo, otros quieren a G. 2.000, quieren que se les lleve hasta Asunción y encima esperarles, aguantarles 15 días para que nos paguen”, lamentó.
Los agricultores apuntan al ingreso masivo de contrabando como el detonante de la gran caída del precio principalmente del tomate.
Por ello, durante la movilización realizada el último miércoles también reclamaron la desvinculación del jefe operativo y del coordinador de la DNIT, lo que hasta el momento aparentemente tampoco se les concedió.
Otros productores denuncian que el Gobierno les engañó con respecto a ser incluidos en el programa Hambre Cero. Afirman que las autoridades les prometieron comprar sus productos para la provisión de alimentos en el marco del plan, pero que pese a que produjeron más tampoco están pudiendo comercializar. “El presidente Santiago Peña mucha propaganda hizo con el plan Hambre Cero. Dijo que directamente se iba a comprar del productor, pero sin embargo no estamos viendo eso”, cuestionó a través de NPY uno de los productores de la compañía Aveiro de Itá.