Uno de los focos principales del conflicto se encuentra en la compañía Ybyhanguy Primera, a tan solo un kilómetro del centro de la ciudad. Según las denuncias, la empresa 4 Estaciones, encargada de la recolección de residuos, no cumple con el contrato establecido, dejando varios puntos estratégicos sin atención, como el Anfiteatro, las instituciones educativas y la playa municipal. Además, los concejales han señalado que la empresa exige pagos adicionales para cubrir estas zonas, lo que agrava aún más la situación.
Según las informaciones, el vertedero clandestino funciona dentro de una propiedad privada –cuyo dueño es un extranjero– y lo llamativo es que está muy cerca de la casa del intendente, Emigdio Ruiz Díaz.
Otro vertedero clandestino fue detectado en el barrio Colón, considerado una de las áreas más pintorescas de la ciudad. La basura desechada en esta zona no solo genera contaminación visual, sino que también corre el riesgo de filtrarse hacia el lago Ypacaraí, un recurso natural emblemático que ya enfrenta serios problemas de contaminación.
Un vecino, bajo condición de anonimato, criticó la falta de eficacia de las acciones gubernamentales dirigidas a la protección del lago, señalando que estas se vuelven irrelevantes ante la negligencia en la gestión de residuos. “Se habla de salvar el lago, pero no se solucionan los problemas básicos como el tratamiento adecuado de la basura”, expresó.
Las irregularidades también alcanzan el suministro de agua potable. Denuncias recientes mencionan que la Essap no abasteció el servicio durante tres días consecutivos, dejando a los residentes sin acceso al líquido vital. RG