Un ex viceministro de Relaciones Exteriores (2006-2008) es el enviado especial del Gobierno italiano a Latinoamérica para presentar la postulación de Roma a sede de la Exposición Universal 2030, compitiendo con las ciudades de Riad (Arabia Saudita), Busan (Corea del Sur) y Odesa (Ucrania). La elección tendrán lugar en noviembre de 2023 en París, en el marco de la Asamblea General del Buró Internacional de Exposiciones (BIE) El embajador Donato Di Santo, también fue secretario general de la Organización Internacional Italo-Latinoamericana, de 2017 a 2019. Estuvo en Asunción la semana pasada y visitó este diario. Paolo Campanini, embajador de Italia en Paraguay, lo presentó como “un gran conocedor de América Latina”.
–¿Por qué la candidatura de Roma propone como temática Personas y territorios, regeneración urbana, inclusión e innovación?
–Porque tiene que ver con el futuro de la humanidad. El desafío que tiene el mundo frente a una urbanización que ya no tiene límites. América Latina, por ejemplo, llegó a la gran mayoría de su población urbanizada, el mundo, un poquito menos, pero está en la misma línea. No es un tema que compete solo a los ecologistas el que sigamos gastando territorio, gastando naturaleza. Es un tema que compromete el futuro de todos nosotros.
Pensamos que en lugar de darle a la propuesta italiana de la Exposición Universal uno de esos títulos un tanto poéticos, que dicen todo y no dicen nada, es mejor optar por uno bien preciso. ¿Qué tenemos que hacer para regenerar lo que hemos construido, sin gastar territorio, sin gastar cohesión social? ¿Y cuál ciudad, mejor que Roma, que desde hace casi 3.000 años vive regenerándose?
En octubre Roma va a cumplir 2.775 años y, con sus problemas y defectos, sigue porque antes y ahora tuvo la capacidad de regenerarse. En ese territorio está integrado lo antiguo más antiguo y lo moderno-moderno. No es que no haya problemas, pero sigue. Entonces, ese tema ya no es un tema solo de Roma, sino de la humanidad: La regeneración dentro de la cohesión social, sin enfrentamiento social. Quisimos que esto fuese el tema de la Expo.
–¿No son aspectos muy complejos para una Exposición Universal?
–Con todo respeto para los que la hicieron hasta hoy, incluida Italia, con la Expo Milán, una de las más lindas exposiciones universales, pero siempre fueron más ferias, parques de diversión, lindísimo momento, que tiene que ser, claro. Roma contemplará también eso, con juegos de luces, etc., etc., pero esto empieza un día y termina 6 meses después, y queda el desierto.
No queremos más que la Exposición Universal termine y que la gente diga: Qué bueno fue esto o lo otro. Sino que apuntamos que la Exposición de 2030, si es que Roma gana la candidatura, empiece mucho antes. Si eligen a Roma, nosotros queremos empezar a trabajar con cada país sobre colaboraciones temáticas. Por ejemplo, si Paraguay se compromete en apoyar a Roma, el siguiente paso será cómo podría colaborar con cada uno de los temas que serán centrales, ya desde el 2023, cuando se elegirá la ciudad sede de la Expo 2030.
Tenemos más de 50 universidades italianas para involucrarse en la Exposición Universal en temas como restauración. Italia es el país con más presencia de lugares declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Las propuestas de colaboración surgirán de los países con los que vamos a trabajar.
–¿Cómo es eso de que no sea solo una feria?
–Esta es nuestra propuesta: Que la Exposición Universal no sea solo un parque de diversiones, y un conjunto de pabellones para presentar lo bueno de cada país, sino que sea un motor de colaboraciones sobre estos temas que son los de los Objetivos del Milenio, adoptados en Naciones Unidas. No lo estamos inventando nosotros. Simplemente estamos tomándonos en serio la responsabilidad de abordar esos temas. El cambio climático está ahí. Queremos dar un pequeño aporte, con la experiencia y los errores, proponiendo soluciones.
–Por lo que cuenta, apuntan a una dinámica diferente para una cita universal que se realiza cada 5 años y que dura 6 meses, ¿es así?
–Sí, no se trata solo de hablar de los temas que proponemos, sino, por ejemplo, si un centro tecnológico de un país propone de acuerdo con su gobierno un tema, no solo pensaremos en qué pabellón desarrollarlo, sino cómo hacer que después de la Expo se asuma un compromiso sobre ese tema en particular. Si la universidad de ese país y las nuestras se comprometen juntas a trabajar sobre algo específico vinculado con innovación, agricultura, turismo, tecnología de precisión, restauración, el tema que decidan los países dentro del esquema temático que propones, entonces empezaremos a trabajar sobre él mucho antes de la Expo 2030.
Muchas veces estas Exposiciones Universales dejan atrás de sí un desierto. Se arma esa maravillosa ciudadela del futuro, se hace la exposición, termina esta, y ¡chau!, ahí queda, como decidimos en Italia, la catedral del desierto. En algunos casos fue así y nosotros no queremos esto. Queremos que quede una fuerte colaboración entre los países dentro del esquema de nuestra propuesta.
–Al proponer específicamente a las “personas” en la temática, ¿se puede dar por descontado que se abordarán aspectos como migración?
–Totalmente. Roma, desde el comienzo, es una ciudad multicultural, multireligiosa, multiétnica. Entre los emperadores de Roma hubo africanos, ibéricos, de todo. Siempre fue así, y llegando a nuestra época, hoy tiene comunidades latinoamericanas enormes que son totalmente integradas. Trabajan, aportan a nuestro país y a sus respectivos países. Y en un momento en que el tema de las migraciones se está convirtiendo casi en un asunto de guerra en todo el mundo, lo que siempre nos recuerda el papa Francisco, es presentar la posibilidad de que en lugar de ser un problema, eso sea la respuesta al problema.
Apuntamos a una exposición universal, que no será solo Roma, Italia, sino una puerta hacia el mediterráneo y a Europa. Entrando en Roma, en temas de turismo, innovación, empresa, academia, ese ingresa en un circuito europeo.
–¿Qué impresión ha recogido hasta ahora, hay simpatía hacia la candidatura de Roma?
–Lo importante es que hay una fuerte comprensión en ámbito latino, porque nos entendemos, porque tenemos valores similares, más allá de las diferencias culturales, políticas, pero los valores de fondo son comunes. El respeto de los derechos humanos, de la mujer, del estado de derecho, es sagrado recíprocamente.
Para responder a su pregunta, esto no significa que automáticamente habrá el voto a favor de Roma.
Además, las postulaciones de las ciudades de Busán (Corea del Norte), Riad (Arabia Saudita), y Odesa (Ucrania) son muy fuertes, muy poderosas y tienen una capacidad muy importante. Pero pensamos también que la historia de una colaboración, de un entendimiento y la propuesta de que no se trate solamente de una linda feria, sino de un trabajo común para resolver algunos problemas comunes, marcan la diferencia.
No pretendemos que de una nos respondan sí o no, sino que tomen su tiempo para evaluar todas las propuestas y que como resultado se traduzca en el voto para Roma.
–¿Incidiría en el voto la temática que proponen?
–Difícil responder, porque si la evaluación de cada gobierno fuese sobre los ejes temáticos de cada candidatura, ya lo damos por ganado el voto para Roma. Pero no es solo ese aspecto el que evalúan, sino otras variables también, lo cual es totalmente legítimo. Pero nosotros esperamos que tomen en cuenta nuestra postulación que es una apuesta innovadora, hacia el futuro.
- Roma tuvo la capacidad de regenerarse. En su territorio está integrado lo antiguo más antiguo y lo moderno-moderno.
- Nuestra propuesta es que la Exposición Universal no sea solo un parque de diversiones, y un conjunto de pabellones.
- Tenemos más de 50 universidades italianas para involucrarse en la Exposición Universal, en temas como restauración.