El pasado 9 de julio el protocolo especial para el ingreso del ex presidente de Argentina Mauricio Macri a nuestro país recibió la firma del ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni.
Si bien en el papel no se refiere explícitamente a la visita de Macri, sorprendió que tal directriz no haya trascendido más allá de la primera línea del Gobierno y del ex presidente Horacio Cartes.
El documento es un instructivo de autorización de ingreso tanto para connacionales como para extranjeros que buscan permanecer en el país por un lapso no mayor al de 24 horas, el cual también recibió aprobación del Centro de Operaciones de Emergencia (COE).
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Entre las medidas generales se encuentran el uso obligatorio de la mascarilla y mantener la distancia de por lo menos dos metros, reglas que fueron pasadas por alto por ambos empresarios al momento del encuentro.
Además, se dispuso presentar el resultado negativo de una prueba de Covid-19 —realizada en los últimos siete días—, un consentimiento informado de la permanencia y acompañamiento permanente del personal de salud.
Estos ingresos excepcionales, según detalló el protocolo, solo puede darse por cuestiones humanitarias, para brindar servicios médicos, por seguridad nacional o para dignatarios y ex dignatarios que requieran ingresar.
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La visita del ex mandatario argentino causó gran revuelo en atención a que Paraguay mantiene sus fronteras cerradas desde el mes de marzo, como medida de seguridad ante el avance del Covid-19.
Compatriotas residentes en el vecino país mostraron su molestia ante tal atropello, puesto que hay muchos que aún aguardan una autorización para volver a su tierra.
Criticaron la extrema demora de parte del Consejo de Defensa Nacional (Codena) para recibir a los connacionales y al gobierno de Mario Abdo por no destinar recursos para asistir a sus compatriotas en Argentina.