El líder de la comunidad Ñande Yvy Pave, de Horqueta, del Departamento de Concepción, Lázaro Hiter Sánchez lanzó el domingo su tercer libro denominado Hombres y Espíritus: Mitos de los sanapanás del Chaco paraguayo con la coautoría de César Rosso Neuenschwander, que es un antropólogo de Bolivia.
La obra recoge mitos contados por los ancianos de la Comunidad Yelshuasectemmá (pueblo de techos rojos) que también se conoce como La Redención en Concepción, donde se realizó el lanzamiento, bajo los protocolos recomendados del Ministerio de Salud, con un lavamanos a disposición y el distanciamiento social debido.
Este es el tercer material publicado por ambos autores, una versión ampliada de las anteriores, según informó la comunicadora Fa Rodríguez. La primera obra escrita y titulada fue Yiamalén, que se publicó en 2002. Al año siguiente, con el mismo título publicaron también un libro de cómics con ilustraciones de Melki.
Después de un largo periodo de tiempo volvieron a lanzar este domingo un libro. “Tardamos 16 años en hacer esta publicación. No teníamos respuestas, fue hecho a puro pulmón, hasta que la Secretaría Nacional de Cultura más la editorial Alianza se interesaron y sacamos 400 copias”, contó el líder indígena a Última Hora.
El escritor resaltó que la obra fue hecha de manera que el lector se vaya inmiscuyendo en la vida de un indígena, viviendo toda la riqueza que hay en el territorio chaqueño a través de su visión del mundo, que considera un valor muy importante de la humanidad.
Hiter contó que la idea del último libro surgió durante un almuerzo, cuando una porción de comida cayó al suelo y quedó a merced de un perro. Alguien pidió que se levantara la comida del suelo para que no fuera devorado por el animal, pero otra persona pidió que lo dejaran comer con el argumento de un mito indígena.
A partir de esta situación, Lázaro Hiter Sánchez contó que su madre les propuso rescatar los mitos.
Peculiar historia de identidad
Lázaro Hiter Sánchez logró cambiar su apellido ante la Justicia cuando era joven y entraba en un seminario salesiano. Heredó de su abuelo el apellido Hitler. Pero, con ayuda de religiosos y mediante trámites judiciales, consiguió que se eliminara la letra “l” y solo quedó en Hiter.
De hecho, su abuelo llevaba el nombre del máximo líder nazi, el alemán Adolfo Hitler, y su padre el nombre del dictador italiano, Benito Mussolini.
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Nacieron con nombres en su idioma originario, pero los salesianos decidieron ponerles nombres cristianos. El escritor indígena desconoce el motivo por el cual le pusieron a su padre y a su abuelo los nombres de dictadores fascistas.
Estas historias incluso fueron rescatadas por el artista plástico Diego Schäfer en su muestra El grito Enxet.
Los indígenas de este pueblo siempre tienen un nombre de monte. Lázaro, por ejemplo, es Venak, pero en los registros se niegan a escribirlo.