13 sept. 2024

Puente hacia la nada

¿Para beneficio de la ciudadanía o con fines de privilegiar al círculo del poder? ¿Buscando mejorar la vida de la mayoría o tan solo potenciando los negocios de los amigos del gobierno?

Estas interrogantes surgen al momento de dimensionar los resultados de algunas obras públicas, con las que se embanderan las autoridades de turno, y que con el tiempo resultan hasta en relativo despropósito, porque aún no se perciben los avances prometidos.

Podríamos evocar el fallido Acueducto del Chaco, que comprometió USD 130 millones para casi nada, ya que la obra fue un fracaso tras veinte años de padecimiento de la población cercana y que, posteriormente a su inauguración en el Gobierno anterior, el actual está viendo la manera de solucionarlo, pero casi desde cero, ya que –así como está– literalmente no sirve.

El inexistente Metrobús, que también hizo desaparecer otros tantos millones de dólares casi sin ningún responsable que pague las consecuencias en la Justicia, es otro paradigma palpable del manoseo en las inversiones que solo benefician a los tomadores de decisión y a empresas inescrupulosas.

El proyecto de estacionamiento tarifado para el microcentro capitalino sufrió objeciones incluso antes de plasmarse en la realidad, y todo volvió a foja cero frente a los desatinos desde su engendro.

Se apunta a la lista, sin filtros, el puente Héroes del Chaco, del cual se habló maravillas hasta el hartazgo, como la vía que uniría a la capital con un nuevo espacio a ganar en cuanto a desarrollo inmobiliario y solución habitacional para mucha gente, deseosa de morar en áreas un poco más alejadas del microcentro asunceno. Se le erigió como la gran alternativa al tránsito de miles de rodados que atraviesan diariamente el puente Remanso y como descongestionador de tal paso vertiginoso.

Se habla de intereses mezquinos propulsores del emprendimiento: un empresario amigo y cercano al poder en la administración de Marito tiene sus propiedades en Chaco’i, además de iniciativas privadas de alta gama en torno a desarrollo de bienes raíces, con oasis habitacionales para acaudalados, que permitirán la creación de barrios cerrados, en la llamada Nueva Asunción.

Pero ante tamaña perspectiva, no se visualiza ningún proyecto serio de desarrollar el entorno todavía inhóspito de la región influenciada por la ruta que nace desde el puente hacia el tramo que lleva a Falcón, por un lado, o hacia Villa Hayes, por el otro.

No hubo previamente un real estudio de impacto ambiental, de posibilidades de creación de un entramado de infraestructura o desarrollo social para catapultar a la zona como potencial entorno armónico, para que los interesados se animen a poblar tal espacio. Se violaron además, según denuncias, tierras ancestrales de los indígenas Maká, en las proximidades del puente.

Se suma a esta irregular iniciativa la imposibilidad de tránsito de buses o kombis que lleven a pasajeros hacia los destinos naturales de esta vía, ya que las normativas impiden tal opción.

Solamente pueden pasar por esta plataforma rodados particulares. El problema –ya lo explicaron las autoridades– no está en el puente en sí, sino en los accesos cercanos que están dentro de la Costanera Norte, espacio en el cual no está permitido el tránsito de rodados de gran porte o carga.

Por ahora, queda circunscripto el puente Héroes del Chaco al paso de vehículos livianos; además de no tener tanta trascendencia en torno a cantidad diaria, según se sabe. Una obra de gran costo que no se traduce aún en desarrollo ni alternativa, más que la media hora de ahorro para llegar a Clorinda, pero solo para quienes tienen auto particular.

¿Para quiénes se administra, entonces? ¿Beneficio para la atávica élite o para la ciudadanía toda? Hasta ahora, se contempla una obra magnánima sin mayores beneficios… en resumen, un puente hacia la nada.

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Darío Lugo — @darilu1970