Sin duda, la construcción de un puente entre Asunción y Chaco’i traerá desarrollo al país, además de mejorar la conexión de la capital con la frontera de Argentina, beneficiando al turismo, al comercio y creando un sinfín de ventajas competitivas.
Esto no se cuestiona, pues todos los paraguayos vamos a utilizar dicha conexión que, de alguna forma, mejorará la calidad de vida. Sin embargo, una vez más, un proyecto tan importante como este se pone a merced de los amigos del poder, antes que de los ciudadanos.
A seis meses de asumir, el Gobierno de Mario Abdo Benítez anunció que licitará la construcción del anhelado puente, una noticia ponderada, celebrada y que generó esperanza.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) divulgó que el llamado se lanzará en junio, lo cual es un récord, teniendo en cuenta la burocracia existente en el Estado para la concreción de una obra pública. En un comienzo, todos tragamos el cuento.
Empero, al indagar los detalles del plan surgieron las sorpresas. Lo primero que se reveló es que la licitación del puente entre Asunción y Chaco’i se anunció sin tener la financiación, el diseño final y el estudio de factibilidad terminado.
¿Por qué se dio semejante anuncio sin tener cerrados los detalles? Es sencillo, Marito debía divulgar las obras que benefician a sus amigos, quienes lo apoyaron durante su campaña política y el primer favorecido con el mencionado proyecto será Conrado Hoeckle, asesor ad honórem y amigo del presidente.
¿Por qué el puente entre Asunción y Chaco’i beneficia a Hoeckle?, es la pregunta del millón y la respuesta es simple: Se erigirá en una zona cercana a su propiedad de 1.200 hectáreas, donde el empresario proyecta importantes inversiones a futuro.
Pero lo más llamativo del caso es que Obras Públicas, en connivencia con el Consorcio Acel –integrado por la española Acciona Agua y Electroconsult del Paraguay SA–, decidió cambiar el trazado del proyecto para que la infraestructura vial pase cerca de la propiedad del asesor.
Para entender el tema es importante mencionar que el Gobierno anterior contrató la elaboración de un estudio de factibilidad para la construcción de este puente. Para dicho trabajo fue contratado el Consorcio Acel y el plan debía centrarse en conectar la zona del Banco San Miguel con Chaco’i, según el pliego de la licitación para la contratación de dicha consultoría.
Sin embargo, el informe de Acel concluyó que el puente debe ser erigido fuera del área del Banco San Miguel para unirlo con Primer Presidente –concretamente en la rotonda donde termina la segunda etapa de la Costanera Norte–, en una zona alejada del microcentro y muy cerca de Puente Remanso.
Esto significa que Acel descartó otras opciones más cercanas al microcentro, que es la zona que se pretendía descongestionar con este plan. Con esta decisión queda claro que se descartó el espíritu original del proyecto.
Siempre fue claro que el puente debía construirse cerca del microcentro, con lo cual se aliviará la sobrecargada ciudad y desarrollará espacios para toda la ciudadanía al otro lado del río Paraguay.
Con el puente Asunción-Chaco’i, el Gobierno debe proyectar una verdadera nueva Asunción, con un desarrollo urbanístico nuevo y moderno, con oficinas públicas, espacios de recreación, etc. El desarrollo no debe beneficiar solamente a un sector empresarial, sino a todos los ciudadanos, que finalmente pagarán las obras.