Estos mismos reportes, señalan que estas se enfrentan a importantes retos de productividad, situación que afecta a la mayor parte de las empresas en Paraguay.
Un reciente informe realizado por el Programa Regional América Latina y el Caribe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en cooperación con CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) en 2024 da cuenta de la situación de las pymes y elabora un Índice en el que se sintetizan los problemas en cuatro dimensiones: 1) la definición de pymes del país; 2) diseño, aplicación y coordinación de políticas en materia de pyme; 3) marco y prácticas de consultas público-privadas; y 4) medidas de políticas adoptadas para reducir la informalidad.
El reporte se realizó luego de la pandemia, por lo que también logra capturar sus efectos: “La pandemia de Covid-19 afectó significativamente a las pymes paraguayas, ya que aproximadamente el 47,5% experimentó una reducción de la capacidad de empleo, el 70% se enfrentó a una disminución de las ventas y el 68,6% recortó sus inversiones. En respuesta, el Gobierno implementó políticas, principalmente centradas en proporcionar apoyo crediticio a las pymes”. Estas medidas, si bien permitieron que algunas subsistan, las dejó altamente endeudadas.
Una de las principales conclusiones del documento es que “Desde 2012, Paraguay ha establecido un marco institucional relativamente bien definido para la política de pyme, con un mandato político claramente asignado y una práctica de planificación política a medio plazo. Sin embargo, se observan deficiencias en la aplicación, el seguimiento y la evaluación de las políticas, así como en la coordinación de las mismas.” Es decir, se aprueban leyes y otros marcos normativos, pero al no haber políticas públicas con suficientes recursos para implementarlas, el resultado es mínimo y si hubieren no es posible conocerlos. Esta situación da cuenta de la escasa prioridad dada a estas empresas.
Tal como ocurre con otros indicadores comparables con los países de la región, Paraguay muestra los peores resultados. El Índice de Políticas para pymes 2024 muestra los resultados de Paraguay y otros ocho países –Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay, Brasil– , en cada una de las dimensiones. En todas ellas Paraguay está por debajo del promedio.
El Índice incorpora dimensiones específicas que afectan de manera particular al desarrollo de las pymes. A este análisis hay que agregar otros determinantes generales del desarrollo empresarial como los bajos niveles educativos de la población ocupada, el contrabando y la mala calidad de los servicios públicos. Estos problemas son fundamentales para mejorar el desempeño de los emprendimientos en Paraguay, cualquiera sea su tamaño.
Si queremos que a las pymes les vaya mejor, en lugar de plantear nuevas leyes que precaricen aún más el empleo en el sector se deben solucionar los problemas que ya cuentan con instituciones públicas que tienen competencias, funciones y funcionarios. Este Índice da cuenta de los innumerables problemas que deben solucionarse y que están en el campo de las políticas públicas.
Dado que las pymes no se benefician con las compras públicas y que tampoco están incorporadas a cadenas de valor que exportan, los bienes y servicios que producen se destinan al mercado interno. Por lo tanto, los ingresos laborales que generan se destinan a consumir gran parte de esos bienes y servicios. Hay un círculo virtuoso que es necesario fortalecer.
Las pymes impulsan el crecimiento económico y contribuyen significativamente a la creación de empleo, la reducción de la pobreza y la lucha contra las desigualdades. Adicionalmente, tienen externalidades positivas al generar demanda de bienes y servicios de otros sectores productivos.
El apoyo a las pymes y a los empleos que generan son fundamentales para el país por lo que requieren mayor apoyo desde las políticas públicas.
