26 abr. 2025

Que las cenizas no asfixien la democracia

Cuando en julio pasado la Justicia Electoral reconoció a la Concertación Nacional y autorizó el uso del padrón nacional en sus internas, descomprimió la tensión y a partir de allí se generó un escenario de confianza hacia la institución que estrenaba dos ministros: César Rossel (PLRA) y Jorge Bogarín (independiente), quienes se sumaron al veterano Jaime Bestard (ANR).

“En una democracia, el mecanismo de incidencia en los mecanismos públicos es el voto; por ende, este no puede ser cercenado bajo ningún sentido”, señalaba la sentencia firmada por Rossel y Bogarín con el voto en disidencia de Bestard. Aunque no le gustó a la ANR, el partido aceptó la sentencia.

A partir de allí, siguió el curso natural del proceso electoral con las campañas, mientras el organismo se abocaba a la organización de las internas más complejas del poststronismo con la incorporación de las máquinas de votación, claves para las listas desbloqueadas y la desafiante interna de la Concertación. Si bien el TSJE no tiene incidencia directa en las primarias partidarias, su apoyo logístico es clave para el éxito de la jornada electoral.

Pero el jueves, un incendio devoró 7.600 máquinas de votación (de un parque total de 22.000) llevándose la vida del funcionario Aníbal Ortiz, quien lamentablemente quedó atrapado en el depósito. Además de esta triste historia, la catástrofe sembró la sospecha y generó incertidumbre sobre el futuro eleccionario.

POCO PRUDENTE. Las primeras palabras del ministro Bestard alimentaron aún más la desconfianza: “No altera el calendario en principio, pero es muy rápido para decirlo, lo que sí estamos analizando con los técnicos es tal vez pedir un desdoblamiento, que no sea el mismo día las elecciones. Que un domingo se hagan las elecciones del partido, el siguiente las elecciones de la Concertación o viceversa”.

Con esta declaración, el ministro desató otro incendio más difícil de aplacar.

Entonces se cruzaron las acusaciones. Todos contra todos. El cartismo se apresuró a repartir culpas, señalando que el sabotaje conviene al oficialismo para posponer el calendario electoral. Esto, supuestamente, buscando que llegue el pedido de extradición contra Horacio Cartes para beneficiar a Arnoldo Wiens. El oficialismo, a su vez, reclamó cumplimiento del cronograma establecido y pidió esclarecimiento de los hechos.

La Concertación apuntó directo a la ANR y acusó a Bestard de ser el elemento de desestabilización. “Las temerarias declaraciones lo ubican como el primer sospechoso del incendio. No permitiremos el desdoblamiento de las elecciones”, expresó Efraín Alegre en su estilo directo.

En coro, los demás dirigentes reforzaron la desconfianza y que el incendio no fue un accidente.

CRIMEN PERFECTO. Intencional o no, el daño está hecho. Hay 7.600 máquinas de votación menos. La organización de las internas exige una reingeniería para satisfacer las exigencias con 14.400 máquinas que quedan. Arrendar otro lote ya es imposible porque los plazos son cortos.

La propuesta de elegir con papeletas la fórmula presidencial y la candidatura a gobernador para optimizar el uso de las máquinas para las listas plurinominales fue rechazada de plano.

En el país que perfeccionó el fraude en la época dictatorial y aunque muchos fueron eliminados, persisten algunos vicios, la simultaneidad es innegociable. Hacer las internas el mismo día se instauró precisamente para combatir el vicio de las dobles y triples votaciones. Su retorno sería un fracaso democrático.

Si se buscasen los beneficios y perjuicios del siniestro, la propuesta del desdoblamiento afecta directamente a la Concertación, ya que no podrá evitar la participación de ciudadanos colorados en su interna, debido al uso del padrón nacional. La ANR podría intervenir instruyendo a sus miles de electores a votar por el candidato más débil de la oposición y conveniente a sus internas. De esa manera podrá perfilar a su gusto y paladar a su adversario para el 2023. El plan será dejar afuera a Efraín.

El voto doble está prohibido, pero es imposible controlar.

Además de contar con miles de máquinas menos, se informó desde la Justicia Electoral que el siniestro también destruyó el sistema de conteo rápido. Esta es una noticia gravísima porque la transmisión rápida de resultados (TREP) garantiza el respeto al voto porque da a conocer los resultados preliminares de las votaciones en tiempo real. El TREP es una institución y ha ganado tanta credibilidad que con sus datos se han proclamado a los ganadores de las elecciones con anuencia de los derrotados. El incendio también arruinó esta herramienta, lo que vaticina un diciembre caliente con un escenario de crisis ante la incertidumbre de los resultados.

El incendio devoró no solo las máquinas, sino la credibilidad, la transparencia y la certeza del proceso electoral. La obligación de la Justicia Electoral no es solo investigar el siniestro para despejar toda sospecha, sino porque su esencia está bajo riesgo.

No será fácil. El daño está hecho. Por el bien de la democracia, ojalá encuentren, con el más alto consenso político y social, la so