Investigadores de Paraguay y Argentina investigan quién financió y cómo operó el vuelo del sospechoso avión venezolano retenido en Argentina, que pasó por Paraguay y se llevó una millonaria carga de cigarrillos de Tabesa con destino a Oranjestad, capital de la isla neerlandesa de Aruba, en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela.
Entre los tripulantes de la aeronave están 11 venezolanos y 7 iraníes. Estos últimos son considerados por Estados Unidos como miembros de Al Quds, una fuerza revolucionaria iraní y clasificada como una organización terrorista.
Se trata de un avión perteneciente a la empresa Emtrasur SA, una filial de la venezolana Conviasa, pero cuenta con matrícula YV3531 de Irán. Fue comprado hace un año a la aerolínea iraní Mahan Air, pero es una empresa sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Todo esto llamó la atención de los investigadores.
El paso por Paraguay
La aeronave llegó al país el 13 de mayo pasado y aterrizó en el aeropuerto Guaraní, en Minga Guazú, Departamento de Alto Paraná. No obstante, permaneció en Ciudad del Este, del mismo departamento, por al menos tres días y sus ocupantes se alojaron en el hotel Dazzler de la misma ciudad.
Previamente, el 12 de mayo, agentes del Departamento de Control de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) intervinieron dos depósitos de cargas aéreas del aeropuerto Guaraní, para la inspección de tres millones y medio de cajas de cigarrillos de la firma Tabacalera del Este (Tabesa), propiedad del ex presidente de la República Horacio Cartes.
Del total del cargamento, personal de la Senad seleccionó unas 147 cajas, las cuales fueron sometidas a una inspección por rayos X y de can, tras lo cual se obtuvieron resultados negativos respecto a la presencia de estupefacientes, por lo que la carga fue devuelta.
La carga de exportación, que tenía un valor de alrededor de cerca de USD 755.000 (más de G. 5.000 millones), tendría como receptora a la empresa Tabacalera Free Zone NV, con sede en Aruba.
La operación estuvo a cargo de Diego Ybarra y estuvieron presentes Pablo Ramón Yegros, empleado de Tabesa; Francisco Alfonzo Cárdenas Zárate, oficial de guarda del Departamento de Resguardo en Aduanas; Claudio Talavera, jefe del Departamento de Exportación de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), y Emigdio Díaz, también de la Dinac.
Entretanto, dicho vuelo partió de Paraguay el 16 de mayo aparentemente con unos 18 tripulantes, 11 venezolanos y 7 iraníes. Los venezolanos fueron identificados como Vicente Antonio Raga Tenias, Ricardo Antonio Rendón Oropeza, Zeus Andrés Rojas Velásquez, Emilio José Salazar Velásquez, Richard Roiman Garmendia Lugo y Victoria Vanessa Valdiviezo Marval.
Asimismo, Nelson Alberto Coello, Jorge Gabriel Pérez López, Carlos Ramón Anseume Merchan, José Ángel Chacón Quintero y José Miguel Ramírez Martínez, también de nacionalidad venezolana.
Mientras que los iraníes son Faisal Mohammad Askarzadeh, Vahid Sohrab Lorzanganeh, Alireza Mohsen Daneshpour, Ali Kamalvand, Naghi Heidar Naeij Naranj Bon y Mohammadi Mahmoud Abdolbaset, de acuerdo con los datos del Ministerio del Interior paraguayo.
Gholamreza Abbas Ghasemi es el séptimo iraní involucrado, quien aparentemente fue el piloto del avión en Argentina. Fue durante años gerente y hombre principal de negocios de dos aerolíneas vinculadas a la Guardia Revolucionaria de Irán, según el politólogo Emanuele Ottolenghi.
Según el Departamento de Inteligencia, el mismo día que llegaron al país se envió una alerta a sus pares de Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos.
Cambios en la Dinac
El ministro del Interior, Federico González, informó este martes que los dos funcionarios de la Dinac que autorizaron el aterrizaje fueron destituidos y alegó que recién después de la salida de la aeronave del país recibió la comunicación de que estaba sometido a sanciones de Estados Unidos y que sus miembros eran parte de una organización revolucionaria.
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“Se alertó a los otros servicios de inteligencia de la región y a consecuencia de eso, es que Argentina y otros países tomaron medidas”, aseguró González.
Asimismo, el titular del Ministerio del Interior de Paraguay sostuvo que le resulta “llamativo” que el avión viajase con una tripulación de 18 ocupantes. Según sitios especializados, un cargo como el Boeing 747 necesita una tripulación de entre tres y cuatro personas.
Otros vuelos del Boeing 747
Posteriormente, el 21 de mayo de este año el avión partió de Caracas, capital de Venezuela, a Teherán, capital de Irán, mientras que para el 24 de mayo se lo registró volando sobre la costa sur del Mar Caspio, antes de desaparecer del radar a 37.000 pies de altura sobre Azerbaiyán, según medios internacionales.
Al día siguiente, aterrizó en Moscú, Rusia, y ese mismo día retornó a Irán, para luego volar de Teherán a Belgrado (capital de Serbia), donde hizo una escala corta y continuó hacia el Atlántico. En este punto volvió a desaparecer del radar, a la altura de Portugal.
Asimismo, el 26 de mayo arribó a Caracas, donde aparentemente se mantuvo por algunos días, ya que recién el 4 de junio el carguero aterrizó en el aeropuerto de Querétaro, en México, pero se desconoce la identidad y la nacionalidad de los tripulantes de ese vuelo. Un funcionario de la gobernación de Querétaro aseguró que se cumplió con los protocolos internacionales.
Retención en Argentina
Para el 6 de junio, el vuelo ya arribó en el aeropuerto de Córdoba, Argentina, pese a que tenía previsto aterrizar en Buenos Aires. Esto debido a que la niebla impedía la visibilidad. De acuerdo con medios internacionales, llegó al país vecino con un lote de autopartes.
El 8 de junio, la aeronave se mantuvo volando en círculos sobre el Río de la Plata, en Argentina, desde donde intentó viajar a Uruguay, pero esta última nación le negó el ingreso, según el ministro uruguayo de Defensa, Javier García.
Ese mismo día, una consultoría de aviación envió una solicitud a la Dinac para que Emtrasur SA pueda realizar una escala técnica de dos horas “para abastecimiento de combustible” en Paraguay, lo que tampoco se les autorizó.
Ante la negativa de Uruguay, el Boeing carguero se dirigió a Buenos Aires y, desde entonces, se encuentra estacionado en el aeropuerto internacional de Ezeiza, que sirve a la capital de Argentina.
La Dirección de Migraciones del vecino país retuvo los pasaportes de la tripulación que llegó a dicho país en el Boeing 747, luego de que Uruguay le negara el ingreso a su territorio.
En el caso de los tripulantes que llegaron a Argentina, de los 7 iraníes que pasaron por Paraguay, apenas dos coinciden: Gholamreza Ghasemi y Abdolbaset Mohammadi.
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No obstante, el ministro argentino de Seguridad, Aníbal Fernández, señaló que ninguno de los tripulantes cuenta con circular roja de la Interpol, pero que Ghasemi es el que llama la atención.
“Es familiar del ministro de Interior de Irán y su nombre coincide con el de un miembro de la Guardia Revolucionaria y administrador de una empresa ligada a Al Quds. Si me preguntan si es él, no lo sé. Coincide el nombre”, aseveró Fernández.
El 11 de junio, un abogado introdujo un hábeas corpus para lograr la devolución de los documentos, mientras que al día siguiente, el juez federal argentino de Lomas de Zamora, Federico Villena, rechazó el recurso y abrió una investigación judicial.
Para el lunes 13 de junio, el magistrado pidió extender por 72 horas más la incautación de los pasaportes de los cinco tripulantes iraníes, mientras que se agregó una prohibición de salida del país a los 14 tripulantes venezolanos. El grupo se encuentra alojado en un hotel cercano al aeropuerto de Ezeiza.
La causa, en la que la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) es parte de la querella, se encuentra bajo secreto de sumario.
Para Irán, una campaña propagandística
Argentina considera sensible la presencia de viajeros iraníes, en razón de las alertas rojas de captura emitidas por Interpol que rigen para ex gobernantes de ese país, acusados por el atentado contra el centro de la comunidad judía argentina en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y unos 300 heridos.
Irán sostuvo el lunes que las denuncias forman parte de una campaña propagandística, “con operaciones sicológicas y guerra de palabras para provocar un sentimiento de inseguridad” en ese país.
Venezuela, cuyo presidente Nicolás Maduro visitó Teherán el fin de semana, no ha hecho ninguna declaración oficial sobre el caso.
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En cuanto a Tabesa, José Ortiz, presidente de la tabacalera, salió al paso de las versiones que vinculan a la empresa con la aeronave venezolana con tripulación venezolana e iraní y aseguró que la logística del traslado fue tercerizada, por lo que no tenían conocimiento de las características del avión ni de la tripulación.