07 abr. 2025

¿Quién para la violencia en Concepción?

Elías Honzi – @eliashonzi

Un ejército de policías antimotines, gases lacrimógenos, balines de goma que se cruzan con cascotes, gritos de desesperación...

La escena parece una de las tantas que muestran en los noticieros describiendo la crisis en Venezuela, pero ocurre más cerca, en territorio paraguayo, a unos 300 kilómetros de Asunción, en Concepción.

Hace más de 100 días un grupo de indignados se mantienen en pie de guerra contra el intendente Alejandro Urbieta, reclamando supuestos hechos irregulares de su administración.

A medida que pasan los días, la presión ciudadana crece y los que viven en esa ciudad, tienen la sensación de que la situación está al borde del estallido.

Los manifestantes iniciaron las protestas a finales del año pasado y los encuentros se repitieron todas las noches, incluso las de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo.

Reclaman al gobernante, que responde al Partido Liberal, la venta del Puerto Nanawa por 700.000 dólares a la empresa TLP. El pésimo estado de las calles de la ciudad, supuesta falta de transparencia, incumplimiento de la Ley a la Información Pública, cuantiosas deudas a la Caja de Jubilaciones, entre otros reclamos que también alcanza a un sector de los concejales de la ciudad, a quienes apuntan como cómplices de la corrupción reinante en la ciudad.

A medida que pasan los días, se fueron sumando los adeptos que piden a gritos la intervención de la Municipalidad. El grito lleno de bronca es intimidante y exige una respuesta.

Del otro lado, desde el lado de las autoridades, el reclamo no fue escuchado, sino que se recurrió a un viejo método, de la mano de carros hidrantes, cachiporras y hombres con cascos azules, que reparten golpes a los manifestantes, entre los que se encuentran mujeres, adolescentes y hasta niños.

Uno de los puntos más críticos se dio el pasado martes cuando se dio una gresca entre las calles Presidente Franco entre Pinedo y Yegros, donde el grupo de indignados se enfrentó a las fuerzas policiales y a un grupo de personas que responden al intendente y salieron a la calle dispuestos a defender su gestión y su honor.

Ya son varios largos meses de conflicto y al parecer, no hay indicios de solución para esa zona del país que vive desde hace varios años en zozobra por causa del Ejército Paraguayo del Pueblo, de los narcotraficantes y otros bandidos comunes.

Un departamento demasiado castigado por la violencia.