14 ene. 2025

¿Quiénes entran en tu TODOS?

Hace varios años participé de un taller sobre el tema de inclusión. La especialista Claudia Pacheco nos desafió: “Cuando decís: Yo incluyo a todos, ¿de quiénes estás hablando?”. Y nos invitó a trabajar en forma personal esta pregunta: ¿Quiénes entran en tu TODOS? (*). Nos sorprendimos de cuánta gente quedaba afuera.

Por Carmen Cosp - ADEC

Por Carmen Cosp - ADEC

Tomamos conciencia de que el mecanismo de discriminación está activo en cada uno de nosotros. No se salva ninguna organización, sea privada, pública o religiosa. No se salvan la escuela, los grupos políticos, la prensa.

La discriminación forma parte de nuestra cotidianeidad. Separamos, juzgamos, criticamos y etiquetamos a aquel que no es como nosotros, porque tiene un credo, partido político, ideología, capacidad, opción sexual, origen social y educación diferente a la nuestra. Hasta excluimos en las redes sociales.

¡Cuántos no tienen lugar en el país que prometen los políticos! Los pobres y los indígenas figuran solo en sus programas, pero no en las realidades, vienen desde lejos sufriendo la injusticia social y la falta de oportunidades. Discriminamos a las mujeres, a los extranjeros, a las diferentes culturas que conviven en nuestro territorio. Tenemos un lindo discurso de inclusión, pero nuestras ciudades, empresas y edificios no están preparados para que las personas con discapacidad se sientan acogidas como un ciudadano más.

Recuerdo cuando arrancó el ENEP (Equipo Nacional de Estrategia País) para consensuar políticas públicas hacia la búsqueda de un país sin pobreza a través del diálogo social. Era una foto donde podía ser representado el país con referentes de distintos sectores. Nos costó mucho mirarnos, había recelo y desconfianza, hasta que compartimos nuestras historias y pudimos ponernos en la piel de cada uno y sumar todas esas realidades hacia un Paraguay para todos y todas.

Cuando discriminamos, separamos partes que ya no forman parte, sembrando tristeza, rabia, depresión. Construimos la cultura del odio, de los unos sobre o contra los otros.

“En el fondo, el ansia más profunda de toda persona es formar parte”, sostiene el psicoanalista Bert Hellinger. Por eso, no existe tampoco desgracia mayor que ser excluido. ¿Cómo castigamos a los delincuentes? Con la exclusión. Al revés, nuestro mayor bien es la pertenencia. Te veo, te respeto, te doy un lugar en mi corazón”. (**)

Jesús no discriminó a nadie, aún cuando era larguísima la lista de excluidos y marginados de Israel: mujeres, pobres, leprosos, tullidos, pecadores, niños, recaudadores de impuestos. Él comió con ellos, conoció sus necesidades, los defendió, compartió sus esperanzas y los hizo parte de su vida. También Luther King, Gandhi, Mandela, Rigoberta Menchú, y Malala Yousafzai nos inspiran con su vida a que todos seamos uno.

Mirar, escuchar, comprender, amar las diferencias es el camino de la paz y del encuentro hacia un Paraguay que abrace a todos y todas.

* Quiénes entran en tu TODOS - Claudia Werneck.

** Felicidad que permanece - Bert Hellinger.