26 jun. 2025

Quintil más pobre gasta el 25% de sus ingresos en salud

De acuerdo con la evaluación acerca de gasto público hecha por el Banco Mundial (BM), el quintil más pobre gasta en promedio el 25% de sus ingresos en salud.

Mientras tanto, el quintil superior emplea solamente el 0,5%. Es decir, los más pobres tienen una carga mayor de gastos de bolsillo para acceder a la salud, explicó Rafael Rofman, líder del Programa para la Educación, la Salud, la Protección Social, el Trabajo y la Pobreza del BM y uno de los responsables de este trabajo.

“Los altos gastos de bolsillo (tres cuartos de los cuales se destinan a medicamentos) impactan negativamente en el acceso a la salud de las poblaciones pobres, rurales e indígenas”, explica el informe en el capítulo dedicado al gasto público en salud.

Esta situación es un despropósito teniendo en cuenta que los gastos en Salud Pública se incrementaron del 1,7% del PIB en 2008 a 3,3% del PIB en 2016.

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Desigualdad. Las mejoras en los resultados sanitarios, sin embargo, han sido modestas, según se analiza en el informe “Paraguay: Invertir en Capital Humano”, revisión realizada por el BM sobre el gasto público y la gestión estatal en los sectores sociales.

El primer dato expuesto muestra la desigualdad con la que son empleados los recursos públicos para Salud Pública. El principal problema, según este análisis, es que el sistema de Salud Pública está fragmentado, lo cual genera ineficiencias debido a la duplicación de redes en la prestación del servicio.

En primer lugar, debido a la falta de acuerdos de repartición de costos y la misión universal del Ministerio de Salud, el sistema genera subsidios implícitos para los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS): el 19% desde todas las consultas de atención por parte de asegurados al IPS se hacen en establecimientos del Ministerio de Salud, lo que corresponde a su vez al 6,1% de todas las consultas a establecimientos dependientes de la cartera, destaca el estudio.

En segundo lugar, cada sector compra medicamentos y equipo médico por separado, con lo cual se desaprovechan los beneficios por compras en volumen si se realizaran adquisiciones conjuntas. Finalmente, las expectativas de los pacientes y la competencia conducen a una alta concentración y duplicación de los servicios en determinadas áreas geográficas.

Esta fragmentación del sistema crea una variación sustancial en el gasto per cápita de Salud Pública entre los grupos socioeconómicos de la población. El Ministerio de Salud destina USD 125 por persona por año. Descontando la población cubierta por IPS o por seguros privados, el gasto público de la entidad no alcanza USD 169 per cápita. Mientras, IPS gasta USD 439 por asegurado al año.