La estructura del poder político y económico controlada por Honor Colorado atraviesa y domina tanto al Estado como al espacio partidario y al sector privado. Horacio Cartes, el líder absoluto, se ubica a la cabeza, mientras que la organización operativa sigue una cadena marcada en jerarquía y roles muy ordenados.
Un movimiento gigante y expansivo que hoy se convierte en el partido en sí mismo, luego de absorber a todas las fuerzas posibles, con algunas moviéndose al margen. El cartismo, en tanto, dejó de ser homogéneo para formar internas, pero se mantiene articulado y disciplinado.
La interna y posibles movidas. A casi ocho meses de su asumir el cargo, Santiago Peña es apenas una pieza de todo un esquema de poder, aunque una de las más importantes por la naturaleza de su cargo. Su gabinete es controlado por dos autores de su confianza, que son Lea Giménez, la jefa de Gabinete, y Carlos Fernández Valdovinos, ministro de Economía.
Para Lea, la tarea se volvió difícil porque recibió el pulgar abajo desde las bases coloradas, que cuestionan su bloqueo a los cargos y aseguran que, además, fue desaprobada por el mismo líder del “quincho”.
Otra interna fuerte se encuentra en el brazo operativo del cartismo, que la encabezan Juan Carlos Calé Galaverna y Víctor Galeano Perrone; ambos enemistados, pero cercanos de Cartes. Calé es un estratega político que juega con autonomía. Galeano, en tanto, maneja toda la agenda editorial y la narrativa mediática desde las sombras. Recientemente, el ex senador lo acusó de ser autor moral del magnicidio de Argaña.
A diferencia del gobierno de Cartes, en este periodo dejaron de involucrarse los gerentes José Ortiz y Juan Carlos López Moreira, quienes se concentran en sus empresas.
Una siguiente movida se dará en el ala comunicacional. Las críticas a Paula Carro, la vocera del Gobierno, se hicieron públicas de boca de Calé. Sonó como sucesor José Alberto Alderete, asesor político de la Presidencia, pero, finalmente, toda la asesoría de comunicación recaerá en Augusto Dos Santos.
En el Gabinete de ministros el piso también tambalea. Claudia Centurión, ministra de Obras, no pasó la evaluación política y se menciona que su cargo está a disposición. Allí suena como reemplazo Juan Carlos Baruja, ministro de la Vivienda, ficha de Cartes.
Un grupo de Diputados, encabezado por Rodrigo Gamarra y apoyado por Pedro Alliana, pidió la cabeza de Óscar Orué, director de Ingresos Tributarios. Hay una gran disputa por negocios y por ubicar jugadores, principalmente en Aduanas. El argumento, en tanto, será que el ministro hizo una compra de inmueble a un referente de la oposición (se habla de Efraín Alegre).
Hoy, Orué responde a Peña y sería de esta manera otro aliado del presidente apartado. Finalmente, en el Congreso se espera una de las movidas más complicadas. Calé apunta a ubicar a Patrick Kemper en el Mitic, en lugar de Gustavo Villate. El senador pidió en plena convención su reincorporación al Partido Colorado y ahora conforma una bancada independiente.
En filas del oficialismo se espera que vuelvan al Senado Carlos Giménez, ministro de Agricultura, cuya gestión fue duramente cuestionada por las metidas de pata. En tanto, Enrique Riera, de Interior, también está con un perfil bajo en medio de cuestionamientos sobre inseguridad.
Si se da el retorno de Carlos Giménez al Senado, su suplente, Nano Galaverna, queda sin banca. Para evitar que su hijo quede fuera, Calé comenzó a pensar estrategias. La ida de Kemper al Mitic podría ser una salida y se espera esta movida para las próximas semanas. Otro factor llamativo en Honor Colorado es la exclusión de Silvio Beto Ovelar, que cada vez queda más relegado del movimiento. Desde la elección de mesa directiva, Beto es el pato rengo del Congreso, ya que fue electo como su sucesor Bachi Núñez, que asume en julio.