Elías Piris | @eliaspiris
El libro fue lanzado este jueves en un acto realizado en el auditorio Ruy Díaz de Guzmán del Centro Cultural Manzana de la Rivera. La obra fue editada por Servilibro, bajo la dirección editorial de Vidalia Sánchez.
Con un estilo pausado pero directo, el autor explica en una breve entrevista con ULTIMAHORA.COM que el material inicialmente iba a centrarse en la conflictiva situación de invasiones de tierras en Ñacunday, Alto Paraná, pero que los acontecimientos del 15 de junio del 2012, obligaron a un traslado más hacia al norte, a Marina Kué, donde estalló la masacre que sirvió de excusa para destituir al gobierno de Fernando Lugo.
¿El lector podrá tener un mayor acercamiento para saber qué pasó en Curuguaty?
“Definitivamente. Con los datos recabados, podría tenerse una explicación de los dolorosos sucesos en Marina Cué. Esperamos que la gente tenga presente la injusticia que se comete con los campesinos involucrados”, señala Fogel.
¿Quedará la matanza en el simple “opareí”?
“De ninguna manera (afirma tajante). El Estado paraguayo todavía debe una explicación a organismos internacionales sobre esa matanza.”
El sociólogo es consciente de que el mayor desafío para quienes defienden la causa campesina en el Caso Curuguaty, es el Poder Judicial, que según el estudioso dio sobradas señales de parcialismo en el proceso.
Comenta además que el libro hace énfasis especial a la histórica represión del movimiento campesino de tierra adentro. También describe la atmósfera de tensión que viven las familias de labriegos en el norte del país.
¿Cuál es la lectura suya respecto a este último ataque perpetrado por el grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo?
No olvidemos que el norte de la región Oriental es tierra de nadie, dominada por el narcotráfico. A mí parecer, esto podría estar orquestado por la mafia empotrada en esa zona donde el Estado históricamente estuvo ausente.
Ramón Fogel, en una anterior entrevista, ya había afirmado que el EPP “nada tiene que ver con la lucha campesina y que representa a los intereses de los más poderosos”, y en esta nota sigue sosteniendo esta postura. No obstante, piensa que la extrema desigualdad social reinante en el interior, será el caldo de cultivo para más violencia.
“Espero que este país realmente cambie de rumbo”, afirma y se despide con la sonrisa franca y la humildad de siempre.