Los ex titulares del Tesoro coinciden en que el impuso fiscal mediante la obra pública es fundamental para garantizar el efecto multiplicador en la economía y atenuar la caída que se proyecta para este año debido al Covid-19.
Para Peña, más allá de que el plan esté bien encaminado, es clave la gestión estatal para que los programas puedan ayudar a levantar los sectores económicos golpeados. Resaltó el alcance del programa Pytyvõ dentro de la emergencia sanitaria, aunque dijo tener dudas sobre si tomar nueva deuda es una decisión acertada para financiar la reactivación.
“Va a ser clave la gestión para que el plan pueda tener impacto. Lo que me genera preocupación es la deuda, me parece que estamos en momentos donde se debe priorizar la mejora del gasto y reducir la evasión”, comentó.
Por su parte, Manuel Ferreira, si bien consideró que los ejes de la reactivación van por buen camino, enfatizó que también es importante el esfuerzo financiero para dar apoyo a las empresas que están luchando para salir adelante, principalmente las pymes y los cuentapropistas.
A su criterio, como no es momento de subir impuestos y la emisión monetaria puede traer inflación, la deuda se perfila como el elemento financiador, aunque dijo que para que el pasivo sea sustentable se deben revisar los indicadores del servicio y empezar lo antes posible la reforma de los gastos.
“Esperamos que el plan de reactivación esté acorde con lo que se espera”, manifestó.
RECUPERACIÓN. Hacienda anunció que la semana entrante presentará el plan de reactivación de la economía, basado en tres pilares: infraestructura, empleo y protección social. El Gobierno prevé una inyección de USD 2.000 millones y no descarta recurrir a una nueva deuda por un máximo de USD 500 millones, aunque afirma que no se usará para gastos corrientes.
La cifra
2.000 millones de dólares pretende inyectar el Gobierno a la economía mediante el plan de reactivación.