A pesar de que los brasileños continúan cruzando la frontera, su actitud es visiblemente distinta. Se detienen a observar vitrinas, pero pocos se deciden a comprar. Los rostros de los turistas reflejan incertidumbre y resignación, una postal que contrasta con la actividad febril de otros años en esta época. La suba del dólar encarece los productos en Ciudad del Este, y para muchos, la diferencia de precios ya no justifica la travesía.
Ante esta coyuntura, los comerciantes locales han implementado estrategias de contención, como la reducción del valor del dólar en las transacciones o la aplicación de descuentos en algunos productos. Sin embargo, estas medidas resultan insostenibles a largo plazo. “Reducir la cotización del dólar es una estrategia de emergencia, pero no podemos hacerlo indefinidamente porque afecta nuestra rentabilidad”, explicó Jorge Benítez, dueño de una tienda de celulares ubicada en el shopping Jebai Center.
ESTRATEGIA. Los comerciantes, que dependen casi exclusivamente de los turistas brasileños, observan con preocupación cómo la devaluación del real reduce las ventas. Algunos locales intentan mantener un equilibrio entre ofrecer precios competitivos y sostener sus márgenes de ganancia. “Es difícil competir con un real tan débil, especialmente cuando también debemos enfrentar el aumento de los costos de importación”, señaló Benítez.
No obstante, esta estrategia no siempre es viable, ya que el aumento de los costos de importación también afecta a los precios finales de los productos, dejando a los empresarios con un margen de acción limitado. La dependencia del comercio local hacia la afluencia de turistas brasileños es evidente, y la volatilidad cambiaria se convierte en un desafío constante para la estabilidad financiera de la región.
Las expectativas de los comerciantes están puestas en la posibilidad de que el real recupere su valor frente al dólar. La esperanza es que Brasil logre estabilizar su moneda y permita la reactivación del flujo comercial. De lo contrario, el próximo año podría ser aún más complicado para la economía fronteriza.
A LA ESPERA. La temporada de fin de año suele constituir un respiro importante para el comercio de Ciudad del Este, pero el debilitamiento del real empaña las expectativas. Los comerciantes ven en esta fecha una oportunidad para recuperar parte de lo perdido durante el año, pero el contexto económico internacional y la devaluación del real complican la situación. “Este era nuestro momento para vender más, pero con esta cotización del dólar, los clientes se muestran más cautelosos”, afirmó Carlos Escobar, propietario de una tienda de calzados deportivos ubicada sobre la avenida San Blas.
La crisis del real brasileño ha expuesto la alta dependencia del comercio fronterizo de Ciudad del Este hacia el turismo de compras. Esta dependencia hace que la economía local sea especialmente vulnerable a las fluctuaciones del mercado cambiario. La volatilidad cambiaria se convierte en un desafío constante para la estabilidad financiera de la región.
El futuro del comercio fronterizo está cargado de incertidumbre. Con la mirada puesta en los indicadores económicos de Brasil, los comerciantes de Ciudad del Este esperan que la situación cambie para bien. Por ahora, el dólar a 6,30 reales sigue siendo una barrera que enfría las compras y enciende las alertas en la economía local.
La notoria depreciación del real brasileño y su impacto en la economía paraguaya apunta a ser un factor a monitorear el año que viene, según considera el economista Gustavo Rivas. La baja del real incentiva fuertemente al ingreso de contrabando de productos brasileños (como ocurrió en su momento con los productos argentinos con la caída del peso) y afecta notoriamente al comercio de frontera, sobre todo en Ciudad del Este., mencionó. “Esta no es una situación menor, una devaluación de 24% en Brasil va a tener impacto (...) se nos puede hacer cuesta arriba (con el contrabando) y el sector privado va a tener que enfrentar estas situaciones”, manifestó.