Se trata de Roberto Rolando Fleitas Insfrán, de 33 años, quien entró en cirugía programada en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social en fecha 5 de noviembre de este año, por un problema congénito denominado Tetralogia de Fallot. Días después, el hombre falleció y su familiares denuncian una supuesta negligencia médica.
Según el documento publicado en Facebok, el joven ya se había realizado una cirugía a los 1 año y 7 meses en el Hospital de Clínicas en la que se había puesto un parche para solucionar la comunicación interventicular, una de las características de la Tetralogía de Fallot.
En ese entonces, la cirugía resultó un éxito y desde aquel momento no volvió a presentar problemas en su desarrollo físico, ni impedimento alguno para llevar una vida normal y sin sobresaltos algunos. Hasta que en 2019 aparecieron episodios de cansancio.
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Fue así que consultando llegó hasta el doctor Jorge Jalorín, quien le diagnosticó estenosis pulmonar grave cuya solución pasaba indefectiblemente por una segunda cirugía, donde debía cambiarse el parche interventicular y una vávula pulmonar.
En el relato, se señala que dicha válvula requerida por el médico era una de procedencia americana, con la cual el IPS no contaba. Debido a esta situaciónm pasaron los meses hasta que la familia pudo conseguir dicho insumo, pero sobrevino la pandemia del Covid-19 por lo que se pudo fijar fecha para la cirugía el pasado 5 de noviembre.
Un día antes de la cirugía, el 4 de noviembre, Roberto fue al IPS manejando el auto junto con su madre. En la fecha se entregaron los medicamentos y los accesorios solicitados. Al día siguiente se inició primera intervención quirúrgica a tempranas horas de la mañana, que duró hasta aproximadamente hasta pasado el mediodía.
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Esa misma tarde, el paciente volvió a ingresar en una segunda operación que duró unas ocho horas. La denuncia menciona que el informe del doctor Jorge Jarolín afirma que la cirugía fue un éxito, además se informa que no hubo necesidad del cambio de válvula pulmonar, haciendo la salvedad de que las próxima 48 horas eran claves en el proceso.
Según la denuncia, el doctor Jarolín no se presentó al día siguiente en el hospital y se sucedieron una serie de contradicciones en los informes de los médicos encargados de UTI de Cardiología. “Mientras que uno informaba una evolución favorable, otro informaba todo lo contrario”, indicaron.
Los familiares contaron que la UTI Cardiológica libraba pedidos de medicamentos que no se conseguían en las cadenas de farmacias nacionales o directamente en presentaciones inexistentes en el país. “Inclusive tuvimos que viajar hasta Puerto Falcón y hacer pasar de contrabando uno de los medicamentos solicitados”, se lamentaron.
Siempre según el relato, ese día les fue informado que el corazón del hombre presentaba un síndrome de baja carga cardíaca, no bombeaba con suficiente fuerza para que se realicen las funciones orgánicas, por la cual iban a conectarle a un equipo que lo ayudaría a bombear.
El dia sábado se presentó el doctor Jarolín y en la conversación mantenida con sus familiares manifestó que una de las probabilidades por la cual se daba la falla del corazón era que el nuevo parche imposibilitaba el libre funcionamiento de una arteria pulmonar y que tenía la intención de llevar adelante una según cirugía, para realizar un baipás.
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La familia y el profesional médico acordaron que se esperaría hasta el lunes para una evaluación para la segunda cirugía, atendiendo a que en días hábiles se tienen todos los elementos administrativos y de personales necesarios para realizarlo. Pero antes de esa intervención el hombre no resistió y falleció.
“Tenemos la presunción de que debido a la falla en la colocación del parche, lo cual ya imposibilitó el cambio de válvula pulmonar que sí era necesaria, el corazón de Roberto Rolando ya salió de la sala de cirugía ya sin posibilidad alguna. (...) Que los medicamentos solicitados, de difícil e imposible de conseguir en las grandes farmacias nacionales son mero mecanismo utilizados para ocultar la mala praxis desarrollada en la cirugía practicada por el doctor Jorge Jarolin y su equipo”, manifestaron.
Agregan que: “utilizaron el Ecmo para mantenerle por unos días más para no declararlo muerto en la sala y la operación como un fracaso y que ante las presiones ejercidas por nosotros simplemente decidieron desconectarle y dar por terminado su macabra atuación. Cómo explicar que teniendo un corazón artificial ECMO, pueda uno tener para cardiaco. Nos mintieron en todo momento”, denunciaron los familiares que radicaron la denuncia ante el Ministerio Público.
Desde Última Hora tratamos de comunicarnos con el director del hospital Óscar Franco y con el gerente de Salud de IPS, Vicente Ruíz Pérez, pero no atendieron las llamadas.
Entretanto, desde el departamento de prensa de la institución señalaron que la denuncia no fue realizada aún en la institución y recuerdan a la asegurados que se encuentra habilitado el canal de denuncia vía web, que son recepcionados en la oficina de Anticorrupción y Transparencia, encargados de dar seguimientos a las denuncias.