“Gracias a cada tapita, cada papelito y cada botellita que se sumó, logramos este objetivo”, expresó emocionado el licenciado Carlos Torres, uno de los voluntarios y fundadores de la organización. Desde sus inicios, en 2019, Team Paraná se ha dedicado a la recolección de residuos reciclables con una meta doble: Cuidar el medioambiente y generar recursos para apoyar causas sociales.
El proyecto estrella es Corazón de Voluntario, que consiste en la recolección de tapitas de plástico de botellas de gaseosas, recogió un total de 3.300 kilos de tapitas, una cifra que podría ser mayor si la organización contara con más capacidad logística.
Para ello, instalaron 65 contenedores en forma de corazón en instituciones educativas de Ciudad del Este, entre ellas, el Centro Regional de Educación (Crece), Colegio Sagrado Corazón de Jesús, Colegio Santa Teresita del Niño Jesús, entre otros. Además, extendieron la red a municipios de Alto Paraná y otras ciudades del país, como Encarnación, San Lorenzo y Coronel Oviedo. En lo que va del año, este proyecto ha recolectado
OTRO EJE. Otro de los pilares de la organización es el proyecto Papel Principal, que recolecta papel y cartón para su reciclaje. “No pedimos resmas ni cuadernos nuevos, sino todo aquello que ya fue usado y que las personas, en lugar de tirar a la basura, pueden donarnos”, explicó Torres. Gracias a esta iniciativa, este año se reunieron 13.000 kilos de papel.
El tercer eje de trabajo de Team Paraná es “Team PET”, un proyecto dedicado a la recolección de botellas plásticas. Este año, se lograron acumular 900 kilos de botellas, que también son comercializadas para generar fondos. La organización apunta a replicar el modelo en más barrios e instituciones públicas y privadas, con el objetivo de aumentar la capacidad de recolección.
La educación es fundamental en este proceso. Torres señala que trabajan con colegios y escuelas, donde los estudiantes participan activamente en los proyectos. Los alumnos aprenden sobre el reciclaje y elaboran trabajos de investigación que presentan al cierre del año escolar. Esta metodología promueve la educación ambiental y la solidaridad social, ya que los jóvenes se convierten en agentes de cambio en sus comunidades.
INICIOS. Lo que comenzó como un grupo de 25 personas, en 2019, se ha convertido en un equipo de 90 miembros activos. La organización creció de forma exponencial y no solo en términos de miembros, sino también en la cantidad de residuos recolectados. Desde su creación, han logrado sacar de circulación 70 toneladas de desechos que, en lugar de terminar en vertederos, se transformaron en recursos solidarios.
