Se trata de 38 internos que fueron persuadidos con la presencia de agentes antimotines del Grupo Especial de Operaciones, luego de un pedido de apoyo del director Julio César Careaga Vera, quien dialogó con ellos y posteriormente se desactivó la medida de fuerza.
El comisario principal Miguel Pérez afirmó que los internos se encerraron en el pabellón de seguridad y reveló que una dotación policial acompañó al director durante el diálogo.
La versión del alto jefe policial coincidió con la del director, quien a su vez sostuvo que ellos tienen un reglamento sobre la cual se basan sus actuaciones. Reveló que los internos derramaron yerbas y otras cosas al piso, como medida de fuerza, pero que ya se limpió el área, tras el diálogo.
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Sostuvo que reclamaron más cantidad de carne, mientras que el menú está elaborado por una nutricionista, que es funcionaria, conforme a una normativa, y se tienen fotografías de las comidas, desde el desayuno, el almuerzo y hasta la cena y que los panificados son elaborados en el día.
Los internos también pidieron que las conversaciones telefónicas sean más prolongadas y que las visitas sean de 09:00 a 13:00, mientras que el reglamento especifica solamente 1 hora y solo los domingos, conforme con el relato del comisario.
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Entre tanto, la comunicación telefónica se realiza solo los miércoles y jueves, conforme al reglamento.
Los internos del Centro Penitenciario de Minga Guazú cuentan con condenas firmas y fueron los primeros trasladados desde la cárcel de Ciudad del Este.
En el sitio, no tienen acceso a teléfonos celulares, tienen tiempo limitado para estar fuera del pabellón, entre otras medidas restrictivas para evitar el contacto con las redes criminales fuera del penal, conforme a lo señalado por el Ministerio de Justicia. Son al menos 100 funcionarios trabajando en el sitio, con 30 trabajadores por cada turno (EM).
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, sostuvo que hubo una manifestación de voluntades, no un amotinamiento en sí y que el motivo fue el relevo de dos funcionarios que estaban facilitando la introducción de alimentos y otras cuestiones que no estaban permitidas dentro del reglamento de la penitenciaría de Minga Guazú.
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“Buscamos marcar un antes y un después, Son los viejos vicios que se quieren trasladar a la nueva penitenciaría”, aseguró y respaldó al nuevo director.
Entre tanto, dijo que la selección del nuevo personal no tiene ningún rasgo de parentesco con alguien dentro del sistema y, por otro lado, no quieren que las viejas prácticas migren al nuevo sistema. “Queremos personal nuevo, a lo mejor inexperto, pero preferimos inexperiencia antes que corrupción”.
El ministro dijo que se trata de un claro ejemplo, ya que tuvieron dos personales del sistema antiguo que vinieron a apoyar y este fue el resultado. “Esta penitenciaría se habilitó hace un mes y medio, el primer hecho irregular, relevado o descontratado”.
Además, dijo que en el 2015 y 2017 se inauguraron las cárceles de Pedro Juan Caballero, Coronel Oviedo y Misiones o San Pedro, pero que no cambiaron absolutamente nada el sistema penitenciario, sino que fue solo mudar de lugar.
“Tengo discusiones muy arduas con directores, porque me dicen tenemos inexperiencia, pero, por otro lado, tenemos corrupción”, recalcó.