29 nov. 2024

¿Reconocimiento facial contra la adicción a videojuegos?

Al menos dos miembros del máximo órgano asesor de China propusieron emplear sistemas de reconocimiento facial para evitar la adicción infantil a los videojuegos, un problema cada vez mayor en el país asiático.

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Con alrededor de 640 millones de jugadores, el chino es el mayor mercado de videojuegos del mundo.

Foto: elnuevodia.com

Según informa el portal de noticias local Sixth Tone, Zhu Yongxin y Guan Tiangang, miembros de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), plantearon esas propuestas durante la sesión anual del citado órgano, que comenzó el pasado jueves.

Guan aseguró que pasar demasiado tiempo en el “mundo virtual” podría distorsionar la percepción de la realidad de los menores y hacerles más propensos a cometer delitos.

Esta representante propuso utilizar “tecnologías biométricas” como el reconocimiento facial o el de voz para supervisar el tiempo que pasan los menores en línea.

El portal de noticias local Guancha -cercano al Partido Comunista (PCCh)- abunda en esta propuesta y explica que muchos menores mienten sobre su edad para poder jugar a videojuegos restringidos, por lo que el uso del reconocimiento facial “podría garantizar relativamente la autenticidad de la información de los usuarios”.

“Por supuesto, esto también afecta a la ética tecnológica, por lo que debe hacerse con cuidado”, apunta ese medio.

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Y es que, en opinión de Zhu, los desarrolladores de videojuegos todavía se siguen saltando las normativas existentes para mantener bajo control las horas de juego de los menores para conseguir beneficios.

En los últimos años, las autoridades chinas han impuesto límites al tiempo de juego, prohibido jugar en horas nocturnas y exigido a los usuarios que se registren con su identidad real.

Sin embargo, Zhu aseguró que, en la práctica, la aplicación de estas normas “depende de que los operadores de videojuegos en línea las hagan cumplir de forma consciente”, y acusó a esas compañías de, por ejemplo, modificar a posteriori un juego que ha recibido autorización por parte del regulador nacional.

La propuesta de Zhu solo hace una breve mención a la posibilidad de emplear técnicas de reconocimiento facial, y se centra en el establecimiento de una agencia de supervisión y evaluación de los videojuegos que los califique según una escala definida.

En Europa existe un sistema similar llamado Información Paneuropea sobre Videojuegos (PEGI), aunque se trata de un organismo creado por la propia industria y al que los desarrolladores someten sus títulos de forma voluntaria.

En 2018, un estudio del Ministerio de Educación chino advirtió de que el 18% de los adolescentes del país corrían el riesgo de volverse adictos a los videojuegos, lo que ha hecho que en los últimos años las autoridades hayan ido restringiendo su uso a los menores de edad.

Con alrededor de 640 millones de jugadores, el chino es el mayor mercado de videojuegos del mundo, nutrido casi en exclusiva por títulos desarrollados por empresas estatales ante la dificultad de las compañías extranjeras por adaptarse a las regulaciones.

El año pasado, según un estudio de la patronal china de la distribución digital, la industria del videojuego del gigante asiático generó un total de 231.000 millones de yuanes (USD 32.387 millones, 29.663 millones de euros).