Guido Rodríguez Alcalá | Escritor
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Con la Revolución de Mayo de 1810, Buenos Aires dejó de ser capital del Virreinato del Río de la Plata para convertirse en la nación independiente hoy llamada República Argentina. En octubre de 1811, sin embargo, no se hablaba de la República Argentina sino de las Provincias Unidas del Río de la Plata, nombre que conservaría la nación vecina hasta 1830, cuando lo cambió por el de Confederación Argentina, utilizado hasta 1860 aproximadamente, cuando se impuso el uso de República Argentina.
Muchos errores sobre las relaciones diplomáticas entre Asunción y Buenos Aires se deben a la confusión entre Provincias Unidas, Confederación Argentina y República Argentina, que no son meros nombres, sino expresión de realidades políticas muy distintas. Es correcto decir que la Confederación Argentina reconoció la Independencia del Paraguay en 1852, después de la caída de Juan Manuel de Rosas. Pero al decirlo no debe olvidarse que la Confederación Argentina fue un sistema estrechamente ligado a Rosas, figura dominante en su país entre 1829 y 1852.
Rosas, Francia y López
Rosas no tuvo desavenencias con el doctor Francia: durante la dictadura perpetua, jamás cuestionó el tratado del 12 de octubre de 1811, que reconocía la Independencia paraguaya. La actitud de Rosas cambió después de la muerte de Francia, cuando llegó al poder Carlos Antonio López. Deseando abrir el Paraguay al mundo, López decidió establecer relaciones diplomáticas con los demás países. Para su sorpresa, la Confederación Argentina liderada por Rosas se negó expresamente a reconocer la Independencia paraguaya en 1844. Como la polémica entre López y Rosas está suficientemente explicada en El Paraguayo Independiente, nos referiremos solamente al tratado de octubre de 1811.
El tratado fue firmado por Fulgencio Yegros, José Gaspar de Francia y Fernando de la Mora (como representantes paraguayos); Manuel Belgrano, Vicente Anastacio de Echevarría y Pedro Feliciano de Cavia (como representantes argentinos). Entre sus cláusulas principales mencionaremos, en primer lugar, la disolución del sistema económico colonial, basado en los impuestos abusivos, los monopolios y las trabas al comercio. En segundo lugar, la alianza militar con Buenos Aires: “Serán nuestros enemigos todos los que se declarasen contra aquel Pueblo hermano y aliado, y Buenos Aires se sacrificará también a fin de perseguir y exterminar a los que se declaren enemigos nuestros”. En tercer lugar, la Independencia del Paraguay: “Como consecuencia de la independencia en que queda esta Provincia del Paraguay de la de Buenos Aires [...]”.
Las provincias
¿Por qué el tratado llamó “provincias” al Paraguay y Buenos Aires (representante de las Provincias Unidas)? Por una razón política. Las Juntas revolucionarias creadas en 1810 y 1811 juraron fidelidad al rey de España Fernando VII, para no romper con Inglaterra, que dominaba el mar y era aliada de España en la lucha contra Napoleón. (La excepción fue la declaración de independencia de Venezuela, del 5 de julio de 1811.) Además, por entonces se pensaba que Fernando VII jamás regresaría de su cautiverio en Francia. Fernando regresó de Francia en 1814, y los patriotas americanos prescindieron de su juramento de lealtad al rey que prescindió de la Constitución española.