Incluso, el Libro Guinness de los Récords posiciona a la escritora británica como la novelista más vendida de todos los tiempos, seguidos por la Biblia y William Shakespeare. Según la Unesco, Christie es la autora más traducida en al menos 103 idiomas, y sus ventas superan los 500 millones de libros. Torquay (Inglaterra), la ciudad natal de la escritora, es sede del Festival Internacional de Agatha Christie, que cierra hoy con cientos de talleres y conferencias sobre su figura.
MISTERIO. La mayoría de las novelas de la escritora británica son de misterio y policiales, a excepción de unas pocas, y se destacan personajes como el detective belga Hércules Poirot y la anciana Miss Marples, según explica el escritor nacional Augusto Casola. “Christie fue una maestra en la literatura policiaca, de misterio y thriller. Ni Sherlock Holmes es tan fascinante como sus relatos y el modo de encarar el misterio”, dice Casola, quien se declara seguidor de sus novelas.
Comenta que su aporte radica en su estilo narrativo de la aristocracia inglesa, del cual proceden sus personajes. “Aquellos que lean sus novelas van a encontrar un mundo de novela policiaca muy distinto al vigente hoy día. No hay lenguaje crudo ni vulgar, pero los crímenes que se describen se cometían con ‘elegancia’, con venenos”, comenta.
ÉXITO. Más de un siglo después de su nacimiento, el experto e investigador de novela negra de la Universidad de Exeter (Inglaterra) Jamie Bernthal detalla a la agencia Efe las claves del éxito. “Christie escribió sobre misterios muy bien trazados, con personajes coloridos y lenguaje sencillo. Historias que se adaptan a cualquier marco de tiempo, y creo que es la razón por la que las personas de cualquier país y generación pueden disfrutar de sus historias”, afirma.
Para el catedrático, leer a Christie es como “sentarte a escuchar a una tía anciana y sabia: su estilo a la hora de escribir es coloquial y sus escenas y personajes son memorables”. Recuerda que su fórmula no esconde ningún misterio: “el sencillo rompecabezas es universal, nos gusta que los problemas se resuelvan y ella siempre lo consigue”.
Venenos. A lo largo de su prolífica carrera literaria, Agatha Christie mató a cientos de personas, con balas, dagas o hachas, pero su arma por antonomasia era sin duda el veneno; una predilección basada en sus conocimientos en la materia. Antes de lanzarse en la carrera de escritora, Agatha trabajó como enfermera en la Primera Guerra Mundial, y en 1917 fue diplomada en Farmacia, lo que le permitía ser meticulosa en la descripción de las dosis y de la acción de los venenos en sus obras.