José Samaniego, uno de los líderes de la comisión, indicó que si bien no se pudo lograr la intervención municipal, en el lapso de dos años se han obtenido muchos logros importantes.
“En primer lugar, se ha despertado el pueblo concepcionero, hemos instalado la conciencia de que Concepción necesita personas que quieren a su pueblo, no delincuentes que tenemos actualmente como autoridades”, señaló.
Samaniego dijo que “este clan que tenemos instalado en Concepción deben irse de Concepción”. Más adelante, citó como logros haber evitado que vaya a remate una importante porción de terreno que se encuentra al lado del aeropuerto de la ciudad, que las denuncias estancadas en el Poder Judicial comiencen a correr y que esta administración municipal haya realizado algunas obras después de las denuncias realizadas por los ciudadanos movilizados.
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Mirtha Krauer, otra líder del grupo, destacó que no se puede dejar impune el “robo asqueroso” en la Comuna de Concepción. “El intendente Urbieta debe rendir cuentas a la Justicia, debe devolver lo robado, deben ir a la cárcel él y todos sus cómplices”, señaló la mujer.
Krauer recordó que muchos compañeros sufrieron graves represalias por la lucha, tales como quema de vehículo, casa e imputaciones a una decena de personas, y que una de ellas llegó a juicio oral. “Tenemos 40 denuncias en la Fiscalía contra el intendente corrupto Urbieta y con los compañeros estamos haciendo el seguimiento a estos casos”, señaló.
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Recordó con indignación que los tres diputados, Luis Urbieta, Emilio Pavón y Andrés Rojas, dieron la espalda a la ciudad tras rechazar el pedido de intervención municipal.
Finalmente, José Samaniego indicó que hay otra denuncia en puerta contra el intendente Alejandro Urbieta y que se analiza la misma posibilidad contra el gobernador, Édgar López.
La movilización ciudadana se había iniciado el 15 de octubre de 2018, tras la detención del comunicador Édgar Chilavert, que a casi dos años había sido absuelto de la acusación de abuso sexual en niños.
La ciudadanía movilizada aseguraba que era una estrategia preparada por el clan Urbieta para acallar al comunicador que realizaba graves denuncias de supuestas irregularidades.