El jefe del parque nacional de Khao Yai, Kanchit Srinoppawan, explicó a EFE que la corriente arrastró este lunes el cuerpo de uno de los paquidermos a la orilla, lo que permitió sacarlo del río Tha Dan.
Kanchit afirmó que los otros dos cadáveres fueron sacados del agua en los últimos días y que, a pesar de las fuertes lluvias, los equipos siguen tratando de extraer el resto de los cadáveres en el parque natural, situado a unos 121 kilómetros al noreste de Bangkok.
El jefe del parque nacional dijo que celebrará una reunión con especialistas y ONG para tratar de determinar la causa del incidente, que algunos activistas achacaron a la pérdida de hábitat de los elefantes debido a la acción humana.
El accidente se produjo la noche del 4 de octubre cuando una manada de 15 elefantes cruzaba el río por una zona que no era habitual y una cría fue arrastrada por la corriente hacia la cascada, según el relato de los guardas forestales.
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El resto de los elefantes trataron de ayudarla, pero 10 terminaron cayéndose por la cascada junto con la cría y fallecieron, mientras que otros cuatro consiguieron llegar a la orilla y salvarse. Aunque en principio se informó que fueron seis los que perdieron la vida, luego la cifra aumentó.
Tras la tragedia, se ha desencadenado una encendida polémica en Tailandia, cuyo símbolo nacional es el elefante, sobre los efectos de la acción de los humanos en el hábitat de estos animales.
Según agrupaciones de protección de los animales, unos tres mil elefantes salvajes viven en la actualidad en los bosques de Tailandia amenazados por la creciente deforestación, frente a los 300.000 paquidermos que poblaban el país hace más de un siglo.
Antiguamente, miles de elefantes eran usados en la industria maderera, pero cuando la actividad se prohibió en 1989 los paquidermos comenzaron a ser exhibidos en las calles para pedir limosna y utilizados en espectáculos destinados al turismo.