La caja está gravemente dañada, según trabajadores de los grupos de rescate citados por la agencia oficial Xinhua, y todavía está por determinar si es el aparato que registra las voces en la cabina de mando o la información técnica del vuelo.
El aparato, un Boeing 737-800, realizaba el trayecto entre las ciudades de Kunming (suroeste) y Cantón (sureste) y despegó a las 13:15 hora local (05:15 GMT) del lunes antes de precipitarse rápidamente a tierra en la región de Guangxi a las 14:38 hora local (06:38 GMT) de ese mismo día.
Cuarenta y ocho horas después del siniestro las autoridades aún no han informado del hallazgo de supervivientes, mientras prosiguen, entorpecidas a momentos por la lluvia, las labores de rescate en la escarpada zona en la que se precipitó la aeronave.
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Medios oficiales chinos, los únicos a los que se les ha permitido acceder a la zona para cubrir el accidente, dijeron también que las condiciones meteorológicas eran normales en el momento del accidente, de acuerdo con un funcionario.
Un representante de China Eastern citado por el diario Global Times explicó que el avión, en servicio desde junio de 2015, había pasado todas las revisiones que establece la normativa y que su estado técnico era “estable y normal” durante el despegue.
Dijo además que la decisión de la aerolínea de dejar en tierra toda su flota de Boeing 737-800 cancelando así cientos de vuelos no significa que el modelo presente “riesgos de seguridad potenciales”, sino que se trata de una respuesta de emergencia después de un accidente de gran magnitud.
La decisión de China Eastern fue replicada también por otras aerolíneas chinas como Shanghai Airlines y China United Airlines.
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La compañía, la segunda mayor del país por número de pasajeros, también ha informado de que ninguno de los nueve miembros de la tripulación tenía problemas de salud.
La Administración de Aviación Civil de China (CACC) ha anunciado una investigación del sector aéreo nacional que se prolongará durante dos semanas “para garantizar la seguridad absoluta” en las operaciones del sector.
El siniestro del lunes puso fin a una racha de casi 12 años sin accidentes graves de aviación en el país asiático.