Estas recomendaciones no son nuevas. Diversos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) vienen recomendando a Paraguay, desde hace años, cambios sustanciales en el sistema tributario.
Todas estas instituciones han recomendado evaluar y eliminar los incentivos tributarios que no sean útiles y mejorar la recaudación de los impuestos directos, entre los que se encuentra el impuesto inmobiliario, un impuesto que podría ser considerado parte de un impuesto al patrimonio.
Los incentivos tributarios son un instrumento muy importante en cualquier política económica. Pueden tener diversos objetivos, como producir bienes o servicios considerados importantes para el consumo de la sociedad o para contener el aumento de los precios finales, generar empleo, promover mejoras tecnológicas, entre otros.
Pero tienen que tener objetivos claros y medibles, lo cual implica paralelamente generar las condiciones para que exista una adecuada evaluación y rendición de cuentas del cumplimiento de sus objetivos. Dado que los costos de no cobrar impuestos son altos porque el Estado deja de proveer otros bienes o servicios, su objetivo no puede ser solo contribuir al crecimiento del producto interno bruto.
Por otro lado, se encuentra el impuesto al patrimonio. En Paraguay, tenemos el impuesto inmobiliario que forma parte de los impuestos al patrimonio. Estos son los más justos porque paga más quien tiene más. Sin embargo, en nuestro país es uno de los de menor recaudación.
Los impuestos que no se pagan algunos terminan siendo pagados por otros grupos, o peor aun, se resienten las políticas que necesita el país para el desarrollo, como la expansión de la infraestructura, la educación, la salud, el apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas, entre otros. Esta situación afecta a quienes tienen menos, ya que, por un lado, los impuestos indirectos les pesan más y, por otro, necesitan los servicios públicos, ya que no pueden financiarse servicios privados.
En los últimos años se sumó en Paraguay la deuda. Con esta estructura tributaria, el mayor peso relativo de los compromisos derivados del endeudamiento recaerá sobre los estratos de menores recursos y que no se benefician con los incentivos tributarios.
El país debe analizar con profundidad cada uno de los múltiples incentivos para determinar el grado de utilidad y los beneficios que generan. Es urgente que el Gobierno evalúe y transparente todos ellos de manera a considerar su mantenimiento o eliminación.
Es urgente cambiar radicalmente la estructura tributaria con una mayor recaudación de impuestos directos, entre los que se encuentra el impuesto inmobiliario.
Las desigualdades hacen inviable económica, social y políticamente un país. Paraguay necesita recursos para pagar la deuda y financiar políticas que mejoren la competitividad y la calidad de vida. Estos objetivos no se podrán lograr con un sistema tributario injusto y que no recauda lo suficiente.