Su madre adoptiva le reveló que no era su hija biológica y que había nacido en Paraguay, en la ciudad de Pilar. Desde ese entonces, Enrica Locatelli inició una búsqueda exhaustiva para conocer a los suyos, con quienes se reencontró este domingo.
Como salida de una película, su vida dio un giro inesperado cuando descubrió que había sido entregada a la familia extranjera cuando tenía días de haber nacido, en 1981.
Según su madre adoptiva, un sacerdote de nombre Attilio Cordioli la había entregado sin que sus padres biológicos lo consintieran. La mujer contactó con el religioso, quien en principio reconoció el hecho y se comprometió a ayudarla, pero luego la bloqueó y se negó a dar alguna información.
Ante esta información inició una asociación desde donde buscó a su familia biológica y tras meses de búsqueda, y mediante un investigador, dio con su hermano mayor, José Domingo Benítez, quien conocía de la historia de su hermana extraviada, la cual también coincidía con la historia de Enrica.
Tras meses de contactos, los hermanos se practicaron dos pruebas de ADN, la primera —según dijeron— había sido manipulada y la segunda les dio compatibilidad.
Finalmente este domingo, Enrica conoció a sus hermanos, ya que sus padres biológicos fallecieron. En tanto, la familia sigue en la búsqueda de un hermano mellizo de la mujer.