Considerando los preocupantes datos de las últimas semanas, el Ministerio de Salud ha pedido a la población extremar los cuidados en estos días de Semana Santa. Es evidente y justificada la preocupación ante la posibilidad de dispersión de la arbovirosis en todo el territorio nacional. En las últimas semanas se ha registrado un crecimiento de casos de chikungunya en Ciudad del Este, en el Alto Paraná, la ciudad más grande del interior del país, siendo después de Central y la capital la tercera zona con más infecciones.
La advertencia apuntaba a que si se extiende la epidemia llegará a zonas que disponen menos infraestructura para enfrentar una posible crisis. Uno de los principales problemas consiste en el subregistro, pues según el doctor Guillermo Sequera, jefe de la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS), la gente ya no consulta, no se hace el test, no tiene un diagnóstico o no los reporta, es por ello que se presume que ya desde el mes de enero existe un subregistro de casos tres veces más que los reportes oficiales.
El Ministerio de Salud Pública ha solicitado por estas razones que la ciudadanía refuerce su compromiso para la eliminación de criaderos de los mosquitos transmisores de chikungunya y dengue, especialmente en estos días en que habrá desplazamiento de miles de personas hacia el interior.
En la últimas tres semanas, según los datos oficiales, suman casi 15.000 casos confirmados de chikungunya. Mientras que el dato de los fallecidos llega a 71.
Considerando estas cifras se insiste pues en que se tomen los recaudos para recibir a parientes provenientes de zonas comprometidas, especialmente, teniendo en cuenta que el 49% de los casos de chikungunya corresponden a Central y Capital, y el 51% están en el interior del país.
Es muy importante como medida preventiva el uso de repelentes. Pero fundamentalmente no se debe descuidar la eliminación de criaderos de mosquito, y es a partir de ahora que debe ser una actividad en la que debemos centrarnos en todo el territorio nacional, pero principalmente en las capitales departamentales, ya que el Aedes aegypti es un mosquito urbano, no de un entorno rural. Controlar y limpiar jardines y patios debería ser una misión permanente, y es una actividad que puede salvar vidas. Los dolores que causa el chikungunya y también las secuelas que exhiben quienes ya han padecido la enfermedad deberían ser suficiente motivación para ser cuidadosos.
En este sentido, se pide que las familias inspeccionen las viviendas para desechar los recipientes que ya no se utilizan, colocarlos boca abajo o bajo techo todos aquellos objetos que pueden acumular agua. También se insiste en el buen tratamiento de los desperdicios, de modo que estos no se conviertan a su vez en criaderos de mosquitos, depositando todos los recipientes descartables como vasitos, botellas, tapitas, etc. en los basureros correspondientes. Al mismo tiempo se sugiere aplicar repelente sobre la piel y también sobre la ropa.
No obstante, además de motivar al compromiso de la sociedad para luchar contra esta epidemia, no se puede dejar de mencionar que es necesaria una mejor labor desde las instituciones, en este caso en particular los municipios y las gobernaciones, los cuales deberían trabajar durante todo el año controlando aquellos espacios de sus ciudades en los que potencialmente se reproducen los criaderos de mosquito.
El Aedes aegypti es ya a estas alturas un viejo conocido en la región, precisamente dado que es el vector del virus del dengue, zika y chikungunya, es razonable pedir el compromiso ciudadano, pero el Sistema de Salud y los municipios deberían estar mejor preparados para lidiar con esta situación.