Hassan al Kontar, de 36 años, arribó al aeropuerto de Vancouver, en la costa del Pacífico de Canadá, tras hacer escala en Taiwán. En el aeropuerto canadiense, el ciudadano sirio fue recibido por Laurie Cooper, una de las voluntarias que ha hecho posible su llegada, informó la agencia española EFE.
Cooper, junto con otros ciudadanos canadienses y la Asociación Musulmana de la provincia de Columbia Británica, se ofrecieron a patrocinar a Al Kontar para facilitar que el Gobierno canadiense le concediese refugio.
Al Kontar declaró en Vancouver que no se creyó que podría escapar de Kuala Lumpur (Malasia) hasta que le enseñaron el billete de avión. “Me dije que hasta que no llegase a Canadá, nada era seguro”, explicó.
El refugiado sirio manifestó con humor que está cansado de aeropuertos y que ahora prefiere viajar en coche e incluso, si es necesario, en caballo.
De momento, Al Kontar tiene previsto instalarse en la localidad de Whistler, en las montañas al norte de la ciudad de Vancouver y donde en 2010 se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno. En Whistler residen Cooper y otros canadienses que le han patrocinado el refugio.
Antes de llegar a Canadá, desde el aeropuerto de Taiwán, Al Kontar colgó un vídeo en Twitter en el que agradeció a todos los que le han apoyado en los últimos meses, así como los voluntarios canadienses que han hecho posible que Canadá le otorgase refugio.
Los voluntarios canadienses crearon una página web para recaudar fondos que permitieron a Al Kontar comprar el billete de avión.
Al Kontar vivía en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) pero desde 2012 estaba sin pasaporte sirio ni residencia legal en el país árabe. Y se negaba a regresar a su país por temor a ser detenido y forzado a servir en las fuerzas armadas de Siria.
En octubre de 2017, Al Kontar viajó a Malasia y tras varios meses en el país intentó llegar a Ecuador, vía Camboya, para solicitar refugio en el país sudamericano.
Pero las autoridades camboyanas le devolvieron a Kuala Lumpur, donde permaneció varado en la como el personaje que Tom Hanks interpretó en el filme La Terminal, en la terminal de llegadas del aeropuerto internacional porque su visado había expirado.
Otros casos
La historia narrada en La Terminal está basada en un hecho real. En 1988, el iraní Merhan Karimi Nessari se quedó varado en la terminal 1 del aeropuerto Charles de Gaulle (Francia). Vivió en el aeropuerto parisino 18 años, hasta el año 2006.
Nasseri había obtenido asilo en Bélgica, pero cuando estaba en el aeropuerto parisino le robaron sus documentos, por lo cual no se le permitió embarcar en ningún avión ni entrar al país.
El portal RT.com también recuerda otros casos, como el de Rene Becker, quien vivió cuatro años en una terminal aeroportuaria de España.
Asimismo, la refugiada iraní Zahra Kamalfar pasó 10 meses en el aeropuerto de Moscú.
Un japonés también forma parte de la lista de personas que vivieron en un aeropuerto. Hiroshi Nohara permaneció en el aeropuerto Benito Juárez de México.