Dar de uno mismo, sin esperar nada a cambio, para aportar un beneficio al otro es un acto que reviste mucha generosidad. Especialmente cuando se trata de algo con mucho valor, que propicia una mejor calidad de vida. La donación de órganos, específicamente, es un gesto de solidaridad, una acción completamente altruista cuya práctica está en aumento en Paraguay, según indicadores del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
En el 2008, el INAT registraba 3.000 personas inscriptas como donantes voluntarios. Este año, la cifra llega a 25.000 –casi siete veces más–, lo cual es un indicador de mayor conciencia en la población paraguaya, según indica Hugo Espinoza, director de esta institución. La mayoría de los donantes inscriptos son jóvenes. “Cuando uno decide inscribirse, lo que está haciendo es expresar su agrado hacia la idea de la donación, y deja testamento de ello”, sostiene el médico.
Pero no es suficiente con que un persona se inscriba en el registro del INAT para ser donante. También es muy importante que haga saber esa decisión a su familia y pida que la respeten, ya que son sus familiares cercanos quienes determinarán si se concreta o no la donación en caso de fallecimiento. Esto está reglamentado en el artículo 57 de la ley n.° 1.246/98, de Trasplantes de Órganos y Tejidos Anatómicos Humanos (ver recuadro). “En el caso del donante fallecido, respetamos la decisión del ser querido más cercano, ya sea el esposo, la esposa, el padre, la madre o algún familiar más cercano del donante”, indica Norma Arévalos, nefróloga y encargada del proceso de donación para trasplantes del Hospital de Clínicas. Condiciones
“No es que porque yo me inscribí como donante voluntario, el día que fallezca sí o sí van a extraer mis órganos para transplantar. No es así. ¿Por qué? Porque dependerá muchísimo de las condiciones en las que muera”, advierte Hugo Espinoza.
Existen dos tipos de donantes voluntarios de órganos: el donante vivo y el donante cadavérico. Un paciente vivo, si reúne las condiciones pertinentes y hay compatibilidad, puede ceder su riñón y una parte del hígado. Sin embargo, un donante cadavérico puede otorgar todos los órganos, pero antes se evalúa en qué condiciones se dio su fallecimiento, de modo que a partir de eso se pueda determinar cuáles sirven para la donación y cuáles no. Existe la posibilidad de que el donante voluntario cadavérico no pueda donar ningún órgano, debido a la circunstancia en la que falleció (por ejemplo, si los órganos sufren un traumatismo grave)."Todo se evalúa en ese momento –de la muerte–, porque ahí se da una realidad a estudiar, y muchos no pueden donar”, subraya el director del INAT. Además, el donante cadavérico debe haber tenido una muerte encefálica para que sus órganos sean tenidos en cuenta a la hora de la evaluación médica.
En algunos casos se confunde la muerte encefálica con el coma. “En el estado de coma, la persona no está muerta, sino inconsciente. No se relaciona con el mundo exterior, pero sigue viviendo. Su corazón late, respira solo y lo que perdió es la conexión con su ambiente, sus familiares, con todo. No se conecta de una manera visible con las personas ni con nada. Desde el punto de vista médico, hay un daño en la corteza cerebral, pero solo allí. Lo que está debajo, el tronco encefálico, que regula presión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, secreciones hormonales o gastrointestinales, continúa intacto. El cuerpo sigue funcionando”, indica Espinoza.
Donación en vida
El donante voluntario vivo puede ceder para un transplante el riñón o una parte del hígado, pero debe ser compatible con el receptor. “La compatibilidad es el criterio más importante, tanto en la donación cadavérica como en el donante vivo”, asegura Hugo Espinoza.
La mayor cantidad de transplantes que se realizan en el país son de córneas. En segundo lugar, de riñón. En el 2016, por ejemplo, un 48% de los transplantes fueron de donantes fallecidos y un 52% de donantes vivos. En lo que va del 2017, se realizaron seis trasplantes con donantes fallecidos y 11 con donantes vivos. Hay una mayor cantidad de donaciones voluntarias del riñón en vida.
En el caso del hígado, al donante vivo se le extrae una parte. Sin embargo, en el país aún no se han realizado procedimientos de estas características, aunque sí se concretaron trasplantes hepáticos de donantes cadavéricos. La primera vez fue en el 2015, y hasta este año, el INAT tiene nueve casos registrados.
Manos asistidas
La finalidad de la donación de órganos y tejidos es el trasplante. El Hospital de Clínicas es uno de los principales centros de referencia de este procedimiento a nivel país. Cuenta con un equipo multidisciplinario que asiste al paciente donante y al paciente receptor del órgano. Este equipo aplica una técnica traída de los Estados Unidos, donde fue toda una tendencia en el ámbito médico.
El proceso de ablación, que consiste en extraer órganos de un donante vivo, en algunos hospitales todavía se realiza con procedimientos de laparoscopía pura. El Hospital de Clínicas implementa el programa Manos Asistidas, una cirugía por video, con un dispositivo denominado Gelport, cuyo programa se aplica desde el 2014, especialmente en la nefrectomía, que es la extirpación total o parcial del riñón.
“A través de los años, esta técnica se fue refinando, convirtiéndose así en utensilios para la mano cada vez mejores. Básicamente, se realiza con un dispositivo de silicona que tiene un orificio central, el cual permite el pasaje de la mano sin ninguna fuga de gas, y se emplea para llegar a la cavidad abdominal del paciente”, explica Fernando Abarzua Cabeza, médico urólogo el Hospital de Clínicas. Él está especializado en cirugía robótica en los Estados Unidos y encabeza el programa mencionado. La cirugía con Gelport requiere menos tiempo de internación y permite una rápida incorporación del paciente a las actividades cotidianas. Según el médico, actualmente otros profesionales también se están especializando en esta técnica.
¿Cómo ser donante?
El INAT debe proporcionar a la persona interesada un formulario del Registro Nacional de Órganos y Tejidos. Debidamente completado y registrado, este documento pasa a ser como el testamento del voluntario inscripto, que se puede revocar en cualquier momento. El donante voluntario obtiene, además, un carnet distintivo. La decisión debe ser comunicada a la familia y respetada por la misma. La gestión es completamente gratuita y se tramita con el documento de identidad.
El doctor Hugo Espinoza resalta que el sistema político público asume todo lo que implica la donación de órganos y tejidos a nivel nacional, partiendo desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. “Asumimos todo el proceso: donación, trasplante, medicación, estudios de compatibilidad. Todos son procesos que se dieron en estos años y hoy estamos mejor en cuanto a coberturas”, asegura, aunque revela que, en lo que respecta a cantidad y calidad de transplantes, estamos en situación de inferioridad dentro del Mercosur.
Donar órganos es como donar parte de la vida misma, para renovar otras que todavía quieren existir. Uno de los más grandes gestos solidarios, que renueva y salva vidas.
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Dónde inscribirse
Los interesados en convertirse en donantes voluntarios de órganos pueden registrarse en el Instituto Nacional de Ablación y Transplante (INAT), ubicado sobre la calle Lombardo casi Santísimo Sacramento, en el barrio Trinidad de Asunción. Más informes, al (021) 286-337 o al inatpy@gmail.com.
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Uno para ocho
Un donante ideal (con órganos en buenas condiciones) puede beneficiar a ocho receptores o más: dos córneas a dos pacientes; un corazón a un paciente; dos pulmones a dos pacientes; un hígado hasta a dos pacientes; dos riñones a dos pacientes y un páncreas a un paciente. También se pueden donar tejidos anatómicos del cuerpo, que pueden llegar a innumerables receptores.
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Quiénes deciden
Según el artículo 57 de la ley n.º 1.246/98, sobre Trasplantes de Órganos y Tejidos Anatómicos Humanos, toda persona capaz, mayor de 18 años, que no manifieste al INAT su negativa a la donación de órganos, confiere tácitamente su autorización a la donación, salvo oposición expresa del cónyuge no divorciado que convivía con el fallecido; o de la persona que, sin ser su cónyuge, convivía con el fallecido en relación tipo conyugal de por lo menos tres años, en forma inmediata, continua e ininterrumpida; o de cualquiera de los hijos mayores o cualquiera de los padres.
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CIFRAS
Trasplantes en el Paraguay(Periodo 2008-2017) • Córneas: 649 personas.• Corazón: 21 personas.• Riñón: 327 personas.• Médula ósea: 64 personas.• Hígado: 9 personas.TOTAL: 1.070 personas han sido beneficiadas con transplantes mediante la donación de órganos.