30 sept. 2024

“Reglamento de UE no se basa en ciencia, y es proteccionista”

SOSTENIBLE. Producción local es modelo en la región, dice presidente del gremio agrícola.
DOGMA Y PREJUICIO. Impera en la UE criterio no científico para imponer normas, según expresa.

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Potencial. Cristaldo enfatiza que un país con poco más de 6 millones de habitantes pueda alimentar a 120 millones.

RODRIGO VILLAMAYOR

Con datos y estadísticas que avalan una producción local y regional acordes con el desarrollo sostenible, y referencias sobre el grado de inversión logrado, hecho que puede catapultar los negocios del sector agropecuario, además de las objeciones hacia la normativa que la Unión Europea quiere establecer próximamente, el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), ingeniero Héctor Cristaldo, suscribe en esta edición del Mirador Económico la defensa del gremio y del sector productivo, que contribuyó sustancialmente para una importante evolución del PIB en las últimas décadas. No escapa a su análisis el aspecto climático, que determina los ciclos de cultivos y condiciona el crecimiento de la economía en general, además del salto cualicuantitativo que permite a los principales rubros agrícolas del país presentar un crecimiento exponencial, que resulta paradigmático frente a otras naciones vecinas.

GRADO DE INVERSION

El buen ritmo macroeconómico de las últimas décadas tuvo sus réditos y se llegó al grado de inversión, establecido como nota por la agencia calificadora Moody’s, lo que a criterio del referente es un escenario ideal para las mayores inyecciones de capital, mediante proyectos atractivos que cautiven a los fondos de inversión, especialmente en el ámbito de su análisis: El agropecuario.

Sin olvidar que aún se sienten debilidades en la justicia y la seguridad en cuestiones de propiedad privada, y que las reglas de juego aún no alcanzan la estabilidad anhelada, Cristaldo hace hincapié en el potencial del suelo y del clima paraguayos, siendo un país pequeño, con poco más de 6 millones de habitantes, pero que puede alimentar a 120 millones de personas en el mundo; además de sostener su estatus de cooperador en seguridad alimentaria.

“Siempre habrá demanda mundial por los productos que serán procesados para conseguir alimentos; según la FAO, hay que aumentar un 60% la producción alimentaria a 2050”, puntualiza el ingeniero.

DESAFÍO CLIMÁTICO

En el campo hay mayor riesgo climático, ya que la producción está a la intemperie y el productor no maneja esos elementos que se gestan en la naturaleza; más bien, el emprendedor del campo trata de adaptarse a las condiciones y las prácticas de manejo agrícola para mejorar eficiencia, según menciona.

Cristaldo recuerda que en la sequía más fuerte para el país, la producción fue afectada con promedio de rendimiento de 1.367 kilos por hectárea; mientras que desde 2022 –cuando de nuevo se sienten los efectos adversos del clima– la producción viene con un promedio que no llega a los 1.000 kilos por hectárea, situación que complica las cosas.

Con esto, se plasma una problemática por el lado del endeudamiento y el referente consigna que el productor debe contar con buena información sobre eventuales contingencias.

“El clima afecta el rendimiento y la capacidad de pago del productor; eso se está sintiendo cada vez más. Ahora hay cuotas de refinanciación de la zafra 2022, con más de 3 a 5 años. Es un escenario de baja de precios y números ajustados; por eso es que se necesita tener 1.500 kilos por hectárea, en promedio, para equilibrar la ecuación”, sostiene.

REGLAMENTO DE LA UE

No es negociable el Reglamento 1115 de la UE, a criterio de Cristaldo. Se trata de una posición unilateral, no basada en ciencia ni conocimiento, sino en prejuicios, hipótesis y presunciones, de acuerdo con su análisis.

Además de puntualizar que en Europa el clima imperante es el frío y con condiciones diferentes en la producción respecto del ámbito que envuelve a Sudamérica, expresa que la propia Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, en su artículo segundo, consigna ajustes para estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero, que deben ser hechas sin afectar la producción de alimentos y sin violar las condiciones de los países.

Más bien se vislumbra –de acuerdo con su interpretación– un proteccionismo y la ineficiencia del sector agrario europeo, maquillado como preocupación ambiental.

Cristaldo esboza aquí varias estadísticas comparativas de los entornos sudamericano y europeo en cuanto a contexto agropecuario, con base en datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); en los últimos 60 años, respecto de la producción de cereales, rendimiento, uso de la tierra y evolución de la población, América del Sur aumentó 620% su producción frente a 131% de Europa; en rendimiento se llegó a 257% más en esta región frente a 174% del Viejo Continente en las últimas seis décadas; en uso de suelo, creció 101% frente a -16% en el ámbito europeo, y un aumento de población del 182% en América del Sur contra solo 25% en Europa, entre 1961 y 2023.

Al índice de productividad rezagado en Europa, tal como fue expuesto anteriormente, se suman dogmas y prejuicios de sus autoridades, que pretenden imponer normativas que no podrán ser cumplidas, según resume el ingeniero.

DESARROLLO SOSTENIBLE

El titular de la UGP destaca que Paraguay está en el camino correcto en cuanto los ejes económico, social y ambiental, con números que pocos países pueden demostrar y una evolución del PIB que ubicaba en 2002 a Paraguay con un resultado de USD 4.700 millones, frente a los USD 45.000 millones alcanzados diez años después. En lo social, el ingeniero recuerda la disminución de la pobreza en ese periodo, que fue del 57% al 24%, lo que es “difícil de encontrar” en similitud dentro de la región; y lo ambiental se plasma en la baja emisión, cuando en Europa puede llegar hasta cinco veces más en sus niveles de perjuicio hacia el ambiente, lo que constituyen factores que generan un entorno local promisorio, de acuerdo con su análisis.

Por ello, normativas no acordes afectarán mucho a los pequeños productores porque el 90% de las 291 mil fincas tienen menos de 50 hectáreas y no podrán cumplir con las exigencias europeas, según describe Cristaldo.

“Hay 148 mil fincas sin título y que no trabajan integradas al mercado, no están insertas en la cadena de valor. Habrá un impacto social muy fuerte y podría revertirse incluso esa lucha contra la pobreza que le costó superar al país en los últimos veinte años”, sostiene.

SALTO CUALICUANTITATIVO

Basado en el conocimiento y la actualización permanente, con inversión en maquinaria e infraestructura, capacitación a los trabajadores del campo, genética y equipos, se evidencia una evolución expuesta por el titular de la UGP mediante datos: En el año 1990 los cultivos de soja, maíz, trigo y arroz llegaban a 2 millones de toneladas en conjunto; mientras que el salto permitió alcanzar 17 millones de toneladas en el año 2018.

“Eso es, evidentemente, una sumatoria de eficiencia, tecnología y genética”, asegura el directivo.

Según menciona, hubo dos elementos que se aliaron para lograr ese salto: En los noventa la siembra directa y el manejo de suelo; y en los 2000, el ingreso de la biotecnología y con cultivos mejorados, según recuerda.

El Reglamento 1115 de la UE no es negociable. Se trata de una posición unilateral, que no está basada en ciencia ni conocimiento, sino en prejuicios, hipótesis y presunciones.

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