Los nuevos jefes policiales son Antonio Ramón Martínez Caballero, quien reemplaza en el cargo al comisario principal Germán Aguilar Dávalos, y el comisario principal Silvio Penayo, en sustitución del comisario principal Obdulio Diarte Molas.
Martínez asume como nuevo jefe de Policía de Caaguazú y Penayo como nuevo jefe de Orden y Seguridad departamental, según la resolución 911 de la Comandancia de la Policía Nacional.
Los jefes policiales fueron destituidos aparentemente por la poca importancia que dieron al sonado caso.
Los policías salientes no le dieron mayor importancia al asesinato del joven universitario Atilio Recalde Filartiga, de 21 años, quien fue ultimado de un tiro en la cabeza por el suboficial Bernal.
El asesinato a sangre fría ocurrió en la noche del 25 de setiembre pasado en una bodega de Coronel Oviedo, hasta donde llegó el agente de civil y luego de amenazar a los presentes, desenfundó su arma de fuego y prácticamente ejecutó al estudiante.
El crimen fue filmado por los testigos que luego dieron una amplia difusión a través de los medios masivos de comunicación, obligando a los agentes a investigar el caso.
Los ovetentenses también se movilizaron y exigieron la captura del policía, quien al sentirse rodeado, finalmente decidió entregarse a la Justicia.
El policía está imputado por homicidio doloso por el crimen del universitario.
Pero la tibia reacción de los jefes policiales, finalmente desencadenó este viernes en la destitución del jefe de Policía y del jefe de Orden de Caaguazú. Ambos se quedaron sin cargos.