La reliquia, consistente en un dedo de la carmelita, fue recibida con mucha emoción por los guaireños, que se instalaron desde tempranas horas en el cruce Villarrica-Paraguarí para observar la entrada de una parte de Chiquitunga a su ciudad natal.
Durante la llegada de la reliquia a Villarrica varios devotos elevaron oraciones, algunos cantaron, mientras que otros simplemente no pudieron atajar las lágrimas de alegría.
Gran cantidad de personas, de todos los distritos del Guairá, acompañó a la reliquia en caravana hasta la catedral Espíritu Santo, donde se realizó una misa, presidida por el arzobispo metropolitano Edmundo Valenzuela.
Muchos se quedaron orando fuera del templo, debido a que la cantidad de devotos superó las expectativas.

Rosana Villaverde, quien participó de la caravana, dijo que Chiquitunga se convirtió en su intercesora principal ante Dios e invitó a las personas a creer en ella.
“No les puedo explicar la emoción que siento. Se me erizó la piel cuando vi llegar la reliquia de Chiquitunga a nuestra ciudad. Les invito a conversar con ella a través de la oración y les aseguro que sentirán la diferencia. Solo hay que creer”, indicó.
Chiquitunga nació en Villarrica el 12 de enero de 1925 y falleció el 28 de abril de 1959, por una infección hepática.
Los que llegaron a conocerla aseguran que sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy! ¡Qué grande es la religión católica! ¡Qué dicha, el encuentro con mi Jesús! ¡Soy muy feliz!” y “Jesús, te amo. ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.