La prevención del lavado de dinero debe ser una campaña entre los países de la Triple Frontera (Paraguay, Brasil y Argentina) y los protocolos de control deben ser unificados, a fin de evitar problemas como los que se atraviesan actualmente por la suspensión de exportación de reales. Esta es una postura compartida por Beltrán Macchi, vicepresidente de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asobán), y el ex ministro de Hacienda Manuel Ferreira, e instan a que se elaboren planes de acción de mediano y largo plazo que apoyen de una vez por todas el desarrollo de las ciudades fronterizas del país.
Macchi pide que el sistema de remesas físicas de divisas cuente con un protocolo antilavado unificado al menos con Brasil, atendiendo a los últimos eventos acaecidos como consecuencia de las investigaciones del caso Lava Jato, en la nación vecina. Considera que si los bancos de ambos países manejan los mismos mecanismos de manejo de riesgos, no habrá excusas para que unilateralmente se bloqueen las operaciones ante las sospechas de negocios ilícitos que se puedan cometer en uno u otro lado de la frontera.
“(Hay que) acordar un protocolo que sirva a las autoridades de ambos lados, porque esto se da en el ámbito privado, con base en acuerdos de banco paraguayo a banco brasileño. Entiendo que la evolución de la investigación del Lava Jato pone en la mira esto (el negocio de exportación de reales) y lo ideal es que haya un protocolo que satisfaga a ambos gobiernos de manera que cualquier banco que en el futuro vaya a prestar este servicio lo haga sobre la base de una regla aceptada por ambos países”, expresó.
Los bancos brasileños Paulista y Rendimento han decidido suspender la importación de reales provenientes del mercado paraguayo, luego de que el primero (corresponsal de bancos locales) se viera involucrado en la investigación del caso Lava Jato. Esto genera problemas al comercio en zonas como Ciudad del Este y Salto del Guairá, ya que efectúan ventas en la moneda brasileña y estas divisas deben retornar a su país de origen.
El dirigente de Asobán recuerda que las diligencias de prevención de lavado en el manejo de dinero en efectivo, proveniente del comercio de frontera, se refieren tanto al conocimiento de la actividad de donde provienen los fondos, como de los clientes y los bancos que realizan las remesas de billetes.
Ferreira coincide con Macchi en que la sombra del lavado de dinero no cae únicamente sobre Paraguay, sino a toda la zona de la Triple Frontera, por lo que además de exigir a nuestro país mejorar los sistemas de control, Brasil también debe hacer lo suyo y combatir flagelos como el crimen organizado. “Argentina está peor en el tema de lavado de dinero que Paraguay, hoy; Brasil está con serios problemas también”, dice.
Respecto a la suspensión de la recepción de reales, admite no estar seguro de “que no haya una intención de Brasil detrás de esto, porque este es un tema que forma parte de la agenda bilateral con ellos; a Brasil le molesta y están demostrando que realmente pueden cortar las cosas”.
Advierte que el volumen del comercio fronterizo está actualmente a la mitad de lo que era hace 15 años, con incesantes fluctuaciones como consecuencia de la condición de las economías de los países vecinos, inconsistencias en el desenvolvimiento de zonas francas del régimen Manaos, en Brasil, y Tierra de Fuego, en Argentina, a lo que se suman los vaivenes en la cotización de las monedas y su efecto en la competitividad. Por este motivo, considera que las ciudades de frontera necesitan estrategias de apoyo de mediano y largo plazo.