Después de muchos años, habrá nuevas figuras en la Corte Suprema de Justicia. Desde esta semana, los miembros del Consejo de la Magistratura han dado inicio a las audiencias para seleccionar a nuevos postulantes que reemplazarán a los ministros Alicia Pucheta y Óscar Bajac, y, próximamente, a Sindulfo Blanco.
En el caso de Pucheta, el reemplazo se dará ante su renuncia al cargo para asumir como vicepresidenta de la República hasta el próximo 15 de agosto, y en el caso de Bajac, por su alejamiento tras cumplir la edad límite constitucional de 75 años, un paso que muy pronto también deberá dar el ministro Blanco.
La oportunidad de cambiar a tres de nueve miembros debería ser aprovechada para intentar renovar la deteriorada imagen de la Corte Suprema y de mejorar el propio sistema judicial, salpicado por muchas denuncias de corrupción, por una gran ineficiencia en resolver los casos pendientes y por estar muy sometida al poder político.
De hecho, el alejamiento del ministro Óscar Bajac se da en medio de una reciente y fuerte denuncia que lo involucra a él y al propio presidente de la Corte en un caso de supuesto pedido de coima de 40 millones de dólares para emitir fallos a favor de una empresa privada, en un juicio contra la Industria Nacional del Cemento (INC). Por este caso está detenido un funcionario judicial, presunto contacto con los ministros, quien fue sorprendido por la Fiscalía en momentos en que cobraba parte de la coima.
Sobre Bajac y otros dos ministros de la Corte, Sindulfo Blanco y César Garay Zuccolillo, pesa además un juicio político que está pendiente desde diciembre del 2014. Si bien el juicio se aprobó en Diputados y se presentó acusación ante el Senado, en dicha Cámara no hubo cuórum para tratarlo, debido a maniobras políticas de protección a los magistrados, por lo que ha quedado pendiente.
La renovación parcial de la Corte coincide con un nuevo tiempo político, con un Congreso recién instalado y un nuevo Poder Ejecutivo que asumirá el 15 de agosto. De hecho, el presidente electo, Mario Abdo Benítez, generó una gran expectativa al prometer que trabajaría en el proceso de renovar a cinco ministros de la Corte buscando acabar con la impunidad en el Poder Judicial.
Ante el panorama de un sistema judicial que ha caído en el completo descrédito, con autoridades que han demostrado mucha inoperancia para responder a demandas de la ciudadanía y que han aparecido involucradas en sonados casos de corrupción e impunidad, con cuestionados fallos fabricados a medida del poder político de turno, esta es la oportunidad para que el Consejo de la Magistratura y el Parlamento puedan elegir a personas que sean realmente dignas del cargo y ayuden a mejorar la imagen de la Justicia. Veremos si son capaces de hacerlo.