Un alambre extendido y postes de karanda’y hacían de barrera sobre la calle Epopeya Nacional, zona del Puerto Botánico de Asunción. La improvisada cerca era reforzada con el despliegue y energía de los pobladores quienes hastiados por la falta de agua realizaron el cierre del tramo, en la jornada de ayer, para hacerse sentir desde el retirado barrio ribereño.
Mientras, una fila de vehículos de gran porte quedó estacionada en la estrecha arteria aguardando el paso.
Bajo el intenso sol, los moradores exigían el servicio continuo, o el ingreso de camiones cisterna de forma periódica con agua potable, y no cruda del río, para el abastecimiento en esta temporada de ola de calor y escasez del vital líquido a nivel país.
En este lugar la movilización permanente es desde hace tres días, aproximadamente.
Los pobladores señalan que el problema recurrente es la baja presión y hasta nula distribución en algunos tramos. Denuncian además que existen dos válvulas que están cerradas en la zona.
Reconocieron que varias viviendas tienen conexión informal y alegaron que varias veces solicitaron la tarifa social pero hasta ahora no avanza el proyecto para el cual deben ser censados.
Alternativa. El jefe de la Unidad de Asentamientos Urbanos de Essap, César de León, visiblemente alterado por no lograr un acuerdo con los manifestantes, dijo que plantearon a los pobladores el abastecimiento con camiones cisterna, pero el ingreso sería una sola vez por semana ya que deben cubrir otros territorios. La propuesta fue rechazada por los moradores. Aseguraron que no sería suficiente y ya se registraron peleas entre los vecinos por la prisa de asegurar sus respectivas provisiones.
Una segunda fuente de provisión dijo que fue propuesta por una de las empresas, afectadas por el cierre, para proveer agua del río para el uso doméstico, lo que también fue rechazado.
“Estamos luego a dos cuadras del río, podemos ir a bañarnos ahí. Pero es inhumano, es sucio. Ahí se tiran todos los desechos. Hay gente que no tiene para comprar agua mineral para tomar”, indicó la pobladora Emilce Escobar. Sobre la medida de ingreso al sistema como usuarios formales, el funcionario de Essap indicó que son tierras fiscales y deben presentar documentos de permiso, que no se tendrían. Afirmó que otra alternativa es declarar emergencia y que la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) pueda realizar la provisión.
Crisis. Las altas temperaturas también generan la necesidad de aumento de consumo. La Essap reportó ayer un pico máximo histórico de 502.656 m3. La fuente de abastecimiento es tanto superficial como subterránea.
Mientras que en otros sectores ni siquiera aparece el vital líquido. Esta escasez se intensifica en esta temporada de largo periodo de sequía. Miles de usuarios protestan por el servicio interrumpido por parte de Essap, Juntas de Saneamiento y aguaterías privadas.
Además de conexiones clandestinas, existen problemas de faltas de inversión, morosidad y fuentes como aguas subterráneas y superficiales sin recargas por falta de lluvia. A ello se le suman las frecuentes denuncias de pobladores sobre la extracción masiva de agua por parte de productores de arroz que compromete el caudal del río, como el caso del Tebicuary que atraviesa por varios departamentos como Caazapá, Paraguarí, Misiones e Itapúa.
San Antonio. Esta localidad del departamento Central se encuentra dentro de las localidades más golpeadas. Desde Essap señalan que el mayor problema es la informalidad. En total se reportan 9.000 conexiones clandestinas. La deuda acumulada es de G. 3.170.675.145. El servicio en el lugar correspondía a la Junta de Saneamiento “Barrio Cerrito” y fue anexada a la Essap en el 2016.
502.656 metros cúbicos fue el consumo de agua que registró Essap y reportó como un nuevo pico máximo histórico.
9.000 conexiones clandestinas se registran en la ciudad de San Antonio, una de las zonas más afectadas.