El accidente ferroviario se produjo en la estación de San Cristovao, en la zona norte de Río de Janeiro, por causas que todavía se desconocen.
Las ocho personas heridas fueron trasladadas a dos hospitales de la región, mientras que uno de los dos conductores, que había quedado atrapado entre los hierros de la cabina, falleció.
Tras siete horas de arduas labores, una decena de bomberos logró sacar al maquinista de los hierros retorcidos del tren, pero pese a las labores de resucitación, fue imposible salvarle la vida.
De los heridos, siete ya fueron dados de alta y uno más se encuentra recluido pero estable.
La empresa concesionaria de los trenes de Río de Janeiro, Supervia, lamentó el choque e informó que abrió una investigación para esclarecer las causas del accidente.
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“Lamentamos profundamente y estamos prestando todo el soporte para la resolución lo más rápido posible”, escribió la compañía en sus redes sociales.
En los últimos años, el sistema ferroviario de Río de Janeiro ha sido protagonista de diversos accidentes, entre ellos uno ocurrido en 2015 en el que resultaron heridas más de 200 personas.
El tren de cercanías es uno de los principales medios de transporte de miles de personas en Río de Janeiro, ciudad que recibe miles de turistas y brasileños durante febrero y marzo por la festividad del carnaval.
El sistema de ferrocarril une el centro de la ciudad con las áreas periféricas de la región metropolitana, como la región norte o la Baixada Fluminense, una zona deprimida integrada por varios barrios vecinos a la ciudad de Río.
Río de Janeiro, sumergido en una crisis económica que se arrastra desde hace varios años, cuenta con un transporte público poco eficiente, a pesar de las inversiones realizadas en el sector con motivo de Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.