En un comunicado, la ONG señaló que los simios, dos machos de unos 20 años llamados Samson y Boboy, fueron salvados la semana pasada de un parque turístico y de una vivienda particular y serán enviados a la isla de Borneo para su rehabilitación.
Temia, veterinaria de IAR Indonesia, indicó que ambos orangutanes mostraban síntomas de malnutrición, lo que provocó deficiencias en su crecimiento y pudo haberles causado enfermedades, por lo que están siendo sometidos a exámenes veterinarios.
“Pasarán dos meses en cuarentena (...). Según nuestras observaciones, no han sido cubiertas sus necesidades básicas como animales”, dijo la activista, que usa solo un nombre.
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Los orangutanes serán llevados al centro de rehabilitación de la ONG en Ketapang, en la provincia de Borneo Occidental, con la esperanza de que puedan ser devueltos a la naturaleza, aunque será muy complicado.
“El proceso de rehabilitación de los orangutanes rescatados es largo y complicado. Será extremadamente complicado que orangutanes que han estado encerrados en jaulas toda su vida aprendan a sobrevivir en estado salvaje”, afirmó Karmele Llano Sánchez, directora del programa de IAR Indonesia.
Sánchez agregó que si los animales tienen alguna enfermedad o discapacidad debido a los años de cautiverio, no podrán ser liberados, aunque se mostró optimista porque hayan podido ser rescatados y puedan llevar a partir de ahora una vida mejor.
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La existencia de los dos orangutanes explotados ilegalmente fue descubierta en octubre del año pasado y su rescate ha contado con la participación de varias agencias gubernamentales indonesias y los activistas de IAR.
El Gobierno indonesio estima que 71.640 orangutanes viven entre las islas de Sumatra y de Borneo, la cual Indonesia comparte con Malasia y Brunei, aunque la población está en declive, según un estudio gubernamental publicado en 2017.
La principal amenaza de los orangutanes es la deforestación, principalmente en Borneo, debido a las plantaciones de aceite de palma y, en menor medida, la industria papelera y minera.