13 ene. 2025

Resistió a tiroteos durante la batalla y hoy ya tiene 104 años

Bebía agua de los charcos para calmar la sed en el árido territorio del Chaco, colando con un trapo el lodo. Fue además herido con balas del ejército boliviano mientras patrullaba caminando, con apenas 17 años. Esta es la hazaña de don Isidro Cubas Benítez, sobreviviente de la guerra y de miles de otras adversidades en su vida adulta. Recientemente vio pasar el peor escenario de la pandemia del Covid-19 que sacudió al mundo. Hoy, con cierta lucidez, logró llegar a los 104 años de edad.

El excombatiente revisa su cuello para buscar la cicatriz que le dejó lo que califica como un “plomo guasu” y del que sobrevivió tras una intervención a tiempo.

Perteneció al regimiento de Infantería Nº 17 Yataity Corá, lo recuerda claramente. “Heta che uhéi” (Tuve mucha sed). Esto es lo que más resalta de la guerra.

Al ser consultado cómo se sintió al culminar la contienda, él responde: “A la p… avy’a (feliz). Ya estuve tranquilo”, comenta sonriendo, sentado en un sillón, bien abrigado y listo para recibir un nutritivo desayuno.

El secreto de su bienestar es el cuidado y la alimentación, dice su hija Marina. Es amante del vori vori, so’o apu’a, kumanda, chipa so’o, chipa guasu entre otras comidas tradicionales del país. Consume una leche especial y un despliegue de medicamentos.

Don Isidro es oriundo de Villarrica, pero desde hace décadas reside en San Lorenzo, y hace 15 años vive con su hija Marina y su nieta Viviana Invernizzi, en zona de Calle’i”.

El veterano no recuerda mucho reconocimiento por parte de las autoridades. Consideró que en Bolivia, los excombatientes a pesar de que perdieron la guerra son más valorados.

Los familiares comentan que incluso fueron ellos los que se acercaron al Municipio de San Lorenzo para solicitar que don Isidro sea declarado hijo dilecto por la llegada de su reciente cumpleaños, el 15 de mayo. “Consideramos que los homenajes tienen que ser ahora que está vivo”, señala su nieta Viviana. KG