En un comunicado publicado en el sitio web de la administración estatal local, Tkachuk pidió también a los medios que eviten “manipulaciones”.
La declaración se produjo después de la publicación de un artículo de The New York Times que citaba a Tkachuk, quien decía en ese medio que las autoridades de la ciudad estaban preparándose para la posibilidad de un apagón total, debido a los ataques con misiles rusos y que en ese caso se pediría a la población “que se marchara”.
Volodymyr Omelchenko, un experto en energía ucraniano y director de programas de energía del grupo de expertos Razumkov Center con sede en Kiev, dijo a Efe por teléfono por su parte que el escenario de un apagón total es demasiado pesimista y poco probable que se cumpla.
“Por supuesto, no se puede descartar por completo el escenario pesimista, pero es mucho más probable el escenario básico, con apagones temporales en algunos territorios”, subrayó el experto.
Omelchenko agregó que Rusia ha estado apuntando deliberadamente a los elementos de la transmisión de electricidad en Ucrania.
Los ataques también han afectado a “casi todas las centrales eléctricas no nucleares”, según ha declarado el director ejecutivo del operador de la red eléctrica ucraniana Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskyi.
Aun así, su exceso de capacidad de generación, producida por una serie de centrales térmicas y nucleares, sigue siendo significativo, subrayó Omelchenko.
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“El sistema energético unificado de Ucrania conecta siete sistemas regionales”, explicó el experto.
Al apuntar a líneas de alto voltaje, subestaciones y centros de transformación, Rusia está tratando de cortar los vínculos entre los sistemas regionales y aislar el sistema energético de Ucrania, evitando la transferencia de una región a otra.
Los trabajos de reparación continúan, pero las pérdidas se miden en cientos de millones de euros.
“Incluso en tiempos de paz, los mercados eléctricos de Ucrania se basaron en un modelo deficiente y con las compañías eléctricas operando con pérdidas”, explicó Omelchenko.
Ello ha impedido, según el experto, que las compañías acumularan suficientes existencias de piezas y materiales necesarios para reparar los daños.
Sin embargo, la situación está comenzando a cambiar con el Gobierno, buscando formas de garantizar que las empresas del sector energético tengan suficientes fondos para realizar las reparaciones.
Si bien las existencias disponibles ahora se están agotando debido a la escala de los ataques que han dañado alrededor del 40% del sistema energético del país, Ucrania anunció esta semana que podrá contar con la ayuda ya prometida por al menos 12 países.
“Esos países han prometido créditos, subvenciones y ayuda material directa a Ucrania”, recuerda Omelchenko, quien subraya que Rusia ataca a Kiev con la esperanza de hacer que los ucranianos dejen de resistir dejando en la oscuridad y aterida de frío a la ciudad más poblada del país.
Omelchenko asegura que la difusión de predicciones apocalípticas va en beneficio de Rusia, que intenta presionar a Ucrania y a sus socios para que negocie antes de la próxima cumbre del G20 dando la impresión de que ya no tiene sentido ofrecer más resistencia.
En su opinión, “lo que Rusia hace es un acto de terror”.
Por su parte, el alcalde de Kiev, Vitalii Klitschko, pidió a los habitantes que se preparen para el “peor” escenario almacenando alimentos, agua y ropa de abrigo, al tiempo que aseguró que las autoridades están haciendo todo lo posible para evitar un apagón total.
Agregó que aunque se distribuirán cerca de un millar de estaciones de calefacción en toda la ciudad, quizás no sean suficientes.
Omelchenko opina que este tipo de medidas solo pueden aliviar el problema, al tiempo que se garantiza que sigue siendo una prioridad mantener el funcionamiento del sistema.
Este experto afirma que en algunas regiones, especialmente las del frente de guerra, como Izium o Bakhmut, deberían prepararse para la falta de electricidad dado el alcance de la destrucción en esas zonas.
El propio Omelchenko vive en un edificio residencial que ha almacenado ya lámparas LED de bajo consumo y baterías. Asegura que confía en la capacidad del sistema energético ucraniano para aguantar el invierno con la ayuda internacional y no cree que llegue a ser necesaria una evacuación masiva de Kiev.