Según el informe, los agentes de fuerzas del orden que participaron en el operativo “no respetaron su formación” y “no pusieron la vida de las víctimas inocentes por encima de su propia seguridad”.
Desde la llegada de los primeros agentes a la muerte del tirador pasaron 73 minutos, una demora “inaceptable”, debido a “una falta de mando que podría haber contribuido a la pérdida de vidas”, asegura el reporte.
Pese a que es “probable que la mayoría de las víctimas hayan perecido inmediatamente después de los primeros disparos”, algunos murieron durante su traslado al hospital y es “posible” que esas víctimas hubieran podido sobrevivir de haber sido socorridos más rápidamente, agrega el reporte.
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Steven McCraw, director de seguridad pública de Texas, EEUU, ya había calificado de “fracaso absoluto” la respuesta de las autoridades a la masacre, concentrando sus críticas en el jefe de la policía del distrito escolar de Uvalde, Pete Arredondo, quien después fue suspendido.
“No asumió su responsabilidad de comandante” y cometió errores de análisis porque no disponía de toda la información, estimaron los parlamentarios en su informe.
Tampoco nadie propuso reemplazarlo o ayudarle: “la actitud de todos los agentes fue apática” y “la escena caótica sin que nadie estuviera claramente a cargo”, añade.
Las críticas aumentaron tras la publicación de un video en el que se ve la llegada del tirador con un rifle de asalto, y luego, la larga espera de los agentes en un corredor de la escuela.