Los trabajos, coordinados por 3 miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), se realizan en las localidades de El Mozote, Cerro Pando y La Joya, con la participación de forenses del Instituto de Medicina Legal (IML), Fiscalía e investigadores de la Policía, quienes buscan al menos 26 osamentas de personas entre uno y 67 años.
“Esperamos encontrar los restos y darle respuesta a los familiares de las víctimas, porque es importante para ellos para cerrar su duelo”, dijo a Efe Wilfredo Orellana, representante de las víctimas.
El miembro de la organización no gubernamental Tutela Legal “María Julia Hernández detalló que los restos y otros elementos recolectados servirán como “insumo” para el proceso legal abierto recientemente contra 10 mandos militares.
Las exhumaciones se reanudan más de un año después de que fueron suspendidas por procedimientos de las instituciones estatales que el juez que ordenó las acciones catalogó como “revictimizantes” en abril de 2015.
El Juzgado Segundo de Primera Instancia de San Francisco Gotera, del departamento occidental de Morazán, a unos 22 kilómetros de lugar donde se produjo la masacre, ordenó la “reapertura de este proceso penal” y anuló el sobreseimiento dictado en 1993.
La reapertura se ordenó a raíz de la anulación de la Ley de Amnistía General decretada por la Sala de lo Constitucional el 13 de julio del año en curso, que abrió la puerta a los procesos legales por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la guerra civil (1980-1992).
Según el Informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas en El Salvador de 1993, entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981 unidades del elite Batallón Atlacatl torturaron y ejecutaron “deliberada y sistemáticamente” a niños, hombres y mujeres del cantón El Mozote y otros aledaños.
Durante los 12 años de guerra, en los que se enfrentaron la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora en el poder como partido político, y el Ejército de este país, financiado por Estados Unidos, murieron unas 75.000 personas y desaparecieron otras 8.000.
En 1992, el EAAF exhumó unos 400 cuerpos, principalmente de niños, de las cerca de 1.000 víctimas civiles que se calcula fueron asesinadas por el Ejército.
Las exhumaciones se extenderán hasta el próximo 9 de diciembre y abarcarán 11 escenas distintas.