Una de ellas es la de mantener la ilusión en tradiciones como recibir regalos de Reyes, y hacer el ritual de “esperar” a los Reyes Magos de Oriente, esos que, tras el nacimiento de Jesús, viajaron para rendir homenaje y ofrecerle oro, incienso y mirra, cargados de simbolismo.
Gustavo Zillich y sus primos y amigos se tomaron muy en serio la intención de seguir con esta tradición y cada año se disfrazan de estos Reyes y recorren en la madrugada entre 20 y 25 casas para “dejar los regalos” en complicidad con los padres de los chicos.
“Esto empezó con unos primos míos, en la década de 1990, para sorprender a unos sobrinos”, recordó Gustavo.
La intención de estos Reyes Magos es, “contribuir a que se sostenga la ilusión de los chicos, que disfruten de esa etapa que es la más linda del ser humano, la de la inocencia”.
Al pasar de los años, los Reyes se ampliaron y actualmente se dividen en equipos para poder cubrir las más de 20 casas que les toca visitar para que los chicos les “espíen” y puedan ver que sí existen o por lo menos que pasen un momento divertido.
Gustavo y equipo hacen un listado de padres interesados en este “servicio” y elaboran su hoja de ruta, “y salimos con las antorchas, previa coordinación con los padres, que nos dejan el regalo en un lugar de la casa, todo previamente conversado”.
Los Reyes, si encuentran una carta escrita la leen, y “básicamente le decimos a los chicos que se portaron bien en el año, y que por eso obtuvieron sus respectivos regalos. Les pedimos que el año que entra sigan así, haciendo caso a papá y a mamá, y que nunca se olviden de rezar a Jesús, que es lo más importante”.
Detalles
Los Reyes Magos cuidan todos los detalles, desde el vestuario, guión hasta “a veces dejamos bosta de vaca seca cerca del agua que dejan los niños, para así dejar huella de la presencia de los camellos”.
Gustavo considera que todo esto es algo “impactante” para los niños. “Todas esas cosas nos llenan de alegría; ver la cara del chico, la ilusión en sus ojos, muchos no se contienen de la moción y saltan en la oscuridad de donde nos miran, escondidos”, cuenta.
Los equipos de Reyes, donde está Gustavo, no piden dinero por esas visitas, solo “alimentos no perecederos, ropas, todo lo apto para poder donar a varios lugares. El año pasado entregamos la donación recaudada al padre Trento”, recordó.
“Hacemos esto, repito, por mantener la ilusión y la felicidad de cada de cada niño y niña; básicamente eso es lo que nos mueve. La verdad que a nosotros los primos esto nos llena el corazón”, añadió. Para más datos contactar con Gustavo Zillich al (0981) 436-227.