EFE
El lugar acoge un monumento conmemorativo así como las tumbas de 28 bomberos, las primeras víctimas de la catástrofe, que están cubiertas por gruesas planchas de plomo debido a que recibieron altísimas dosis de radiación que les causaron la muerte días después.
Convocados por las asociaciones de veteranos y “liquidadores” de Chernóbil -como se conoce a las personas que participaron en las tareas para superar las consecuencias del desastre- numerosos participantes portaban retratos de sus seres queridos.
También depositaron flores ante las tumbas de aquellos bomberos que lucharon contra las llamas provocadas por la explosión del reactor 4 de Chernóbil sin ninguna protección y sin apenas medios.
Según los datos de la Unión Chernóbil de Rusia, una treintena de operarios y bomberos murieron en los primeros días tras el accidente, provocado por una cadena de errores en el curso de un experimento, a causa del fuego y las dosis letales de radiación que recibieron.
Pero se calcula que otros 100.000 “liquidadores” de toda la antigua URSS murieron en los años posteriores.
En total, unas 600.000 personas, entre trabajadores, bomberos, militares, mineros o personal sanitario, se encuadran en la categoría de “liquidadores”, pues contribuyeron de alguna u otra forma a impedir que el desastre de Chernóbil fuera aun más grave.
“Chernóbil fue una gran lección para la humanidad, y sus consecuencias hasta hoy tienen impacto en la naturaleza y la salud de las personas”, escribió hoy el presidente ruso, Vladímir Putin, en un mensaje publicado en la página web del Kremlin.
El presidente ruso destacó que “la magnitud de la tragedia pudo ser inconmensurablemente mayor, de no haber sido por el valor ejemplar y sacrificio de los bomberos, militares y médicos, que cumplieron con honor su deber profesional y ciudadano”.
“Mucho de ellos sacrificaron sus vidas en aras de la salvación de de otros”, agregó.
El 26 de abril de 1986 la explosión del reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil, a 120 kilómetros de Kiev, liberó a la atmósfera más de 50 millones de curies de radiación y contaminó vastas zonas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia, que entonces formaban parte de la Unión Soviética.