Conforme al crecimiento del río, que en la víspera llegó a 8,91 metros –a menos de 10 centímetros de la alerta naranja que equivale al nivel crítico–, suman las familias desplazadas.
En la víspera en todo el departamento se sintió una persistente llovizna hasta el mediodía, para dar paso al ingreso de un frente frío que con el correr de las horas provocó un descenso de la temperatura. El río Paraguay marca desde Bahía Negra hasta Villeta un descenso, mientras que en Alberdi, Pilar y Humaitá aumentó su nivel 1 cm.
El aumento constante del nivel del agua ya provocó que 60 familias dejen sus hogares. Las 217 personas fueron reubicadas, en la Parroquia San Blas, Club América, Esc. Santa Magdalena, Momon y en el Puerto de la ANNP 16.
Igualmente, en la cancha Barrio Obrero se instaló una familia y otra hizo lo mismo en la Seccional Colorada. El Hospital Escuela de la UNP alberga a 13 y el Polideportivo Municipal a 18.
Cabe mencionar que de las 217 personas desplazadas, 125 son menores.
La Secretaría de Emergencia Nacional inició el montaje de los espacios para albergar a familias de la ciudad, cuyas viviendas se encuentran en zonas inundadas.
Temor. Los pobladores ribereños de Ñeembucú, que de por sí están temerosos, se preocuparon bastante luego de que la Dirección Técnica de Itaipú anunciará que, desde la madrugada del sábado y durante algunos días más, las compuertas del vertedero de la represa estarán abiertas.
El temor se instaló en la población de Pilar por la presión que podría ejercer este caudaloso río sobre su afluente el Paraguay, que por estos días mantiene una diferencia notable. En confluencia el Paraná registraba un nivel de 5 metros, mientras que en la capital de Ñeembucú se aproxima a los 9 metros.
Al inyectar más agua Itaipú inmediatamente la EBY libera sus compuertas, no obstante, Leopoldo Melo, subjefe del Departamento Técnico de la Central Hidroeléctrica Yacyretá, refirió que no tendrá mucha incidencia aguas debajo de la represa.
Cordilleranos se unen para ayudar a damnificados
Ayer, municipalidades de Cordillera y la Iglesia llevaron a cabo la iniciativa del obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, con maratones simultáneas para recolectar ayuda y donaciones para los afectados por los desbordes y crecidas de ríos y arroyos de la zona cordillerana.
Los cordilleranos participaron masivamente de las maratones y lo recolectado se llevó al Santuario, de donde se procederá la selección de todo lo donado y de acuerdo a la necesidad, se entregará a familias damnificadas.
En Caacupé, la recepción de donativos fue en la plazoleta del Santuario, donde el movimiento fue incesante. DB