En su desesperado intento por salvarse de su pérdida de investidura, el liberal Dionisio Amarilla mandó al frente a su correligionario Víctor Ríos.
El llanista acusó al efrainista de uso indebido de influencias para impedir la intervención de la UNP (Universidad Nacional de Pilar).
Ríos abiertamente admitió que en su carácter de rector había conversando con todos sus pares del área, entre ellos con Froilán Peralta, alegando que era persecución política.
Intentó minimizar lo ocurrido siendo diputado, alegando que de todas maneras se intervino la universidad.

Dijo que se sintió descolocado con la acusación de Amarilla, pero recordó que participó de un acto de colación de la primera promoción de enfermeros del Andrés Barbero, en Concepción, y coincidió con Peralta.
“Debo mencionar que el doctor Peralta votó por la intervención de la universidad. No veo cómo vincular una cosa con otra”, dijo.
“Escuché que dijo (Amarilla) que viajó para pedirle a Froilán que me escuche. Somos colegas. Estamos los 8 rectores permanentemente hablando”, alegó.
“Yo le pedí a todo el mundo que no se intervenga por que era persecución política. Hablé con todos los rectores”, admitió el senador.